Durante muchos años el beisbol ocupó un lugar estelar en el gusto de los aficionados mexicanos, junto al box y las corridas de toros, el juego de pelota era uno de los pilares del entretenimiento deportivo en nuestro país. El futbol comenzó a ganar terreno a mediados del siglo pasado, y con la llegada de la televisión como su principal benefactor, a finales de los cincuentas, la balanza se inclinó definitivamente a favor del balompié.
Todavía hacia la década de los setentas, el rey de los deportes gozaba de una enorme popularidad y los parques de pelota lucían grandes entradas. Fue la huelga de jugadores en 1980, lo que produjo una herida en el beisbol, que 43 años después, apenas comienza a dar visos de sanación.
Para 1980 ya había 20 equipos de un nivel más que aceptable en la Liga Mexicana de Beisbol. Lamentablemente, la intransigencia de los caciques de este deporte, impidió cualquier posibilidad de acuerdo con los beisbolistas, que agarraron sus bates y formaron su propia liga: la Liga Nacional.
Aquel movimiento condenó al beisbol, que vio cómo desapareció la gente de sus estadios ante la ausencia de las principales figuras. Los equipos de la Anabe (Asociación Nacional de Beisbolistas) contaban en sus filas con casi todos los ídolos de los equipos del circuito. Durante el primer lustro de los ochentas, en México se jugó un beisbol de esquiroles y peloteros que, al vapor, eran debutados.
Una liguita pirata y sin sabor, que después intentaron rescatar los directivos con una pelota mucho más volátil, lo que permitió que surgieran nuevos “héroes” con estadísticas infladas, que tampoco metieron de nueva cuenta al público a los estadios. Habrá que recordar a los Ángeles Negros de Puebla -“el equipo más poderoso de todos los tiempos”- jugando ante un estadio semivacío y cambiando de sede un año después de ser campeón.
Para 2024 la Liga Mexicana tendrá 20 equipos, básicamente por un capricho de arriba… de muy arriba. Cuando acabe el sexenio ya veremos en dónde terminan todas las nuevas plazas.
El impacto que tuvo la Selección Mexicana de Beisbol en el Clásico Mundial, ayudó mucho. Lo cerca que estuvo México de eliminar a Japón en las semifinales, generó una fiebre beisbolera que se puede medir en las grandes ciudades, que, a pesar de tener la competencia del futbol, registraron nuevamente una importante afluencia de público en sus estadios.
Dos de esas ciudades que vibraron picheo a picheo, fueron México y Puebla. La liga tiene que explotar una rivalidad que quedó hirviendo tras la temporada 2023. Parecen haberlo entendido, programaron la inauguración de la temporada 2024, precisamente con el choque entre el México y el campeón Puebla, para el 11 de abril.
La capital con sus Diablos y la Angelópolis con sus Pericos, tienen todo para desarrollar una rivalidad, ya existente, pero ávida de ser trasladada al candelero mediático y poder imprimirle a nuestro beisbol lo que le ha hecho falta: pasión, polémica y publicidad.