Aún no terminamos de recuperarnos de la llamada "auditoría ideológica" que quieren aplicar las organizaciones ultraconservadoras a los legisladores de Nuevo León y en general a los partidos políticos, cuando nos enteramos de la detención del líder de la Iglesia de La Luz del Mundo, acusado de pornografía y violación.
Esta Iglesia, con origen en el estado de Jalisco, impone a sus adeptos firmes cánones morales - especialmente a las mujeres- y aunque las acusaciones de abuso sexual están presentes desde hace más de 20 años, en nuestro país no hay ninguna investigación al respecto.
En Nuevo León, los integrantes de Familias Fuertes Unidas quieren imponer un código de conducta basado en sus principios religiosos, a pesar de que los organismos de los que provienen como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo también han sido señalados por abusos sexuales en perjuicio principalmente de menores de edad. Las autoridades mexicanas tampoco han indagado.
Aún operan y siguen ganando adeptos, para generar poder económico en el camino, por la simple razón de que cada tres o seis años son reclutados por los partidos para que les ayuden a hacer campañas, para promover a candidatos, para ganar elecciones.
Después los premian con terrenos para poner nuevas iglesias o contratos para dar cursos y seminarios a los servidores públicos. Hace algunos años, lo vimos cuando la ex alcaldesa Margarita Arellanes hizo la entrega simbólica de las llaves de la ciudad a Jesucristo. Nos tocó ver a Felipe Calderón en actos evangélicos con fines electoreros.
El mismo Jaime Rodríguez Calderón asistió con la feligresía de La Luz del Mundo a un acto de campaña cuando se fue de tour electorero rumbo a la presidencia y la lista sigue.
Las iglesias evangélicas y sus millones de votos han alineado al PAN y al PRI e incluso a Morena, por eso ahora con la mano en la cintura les piden cuentas; lo peor de este escenario es que les concedan lo que piden, en perjuicio de todos los demás que no piensan como ellos, que somos la mayoría.
Twitter:@dameluna