La legitimidad de un discurso político es el reconocimiento de un sujeto por otros sujetos en nombre de un valor aceptado, es como el político a través del discurso (mensaje), da sentido a su imagen y construcción de popularidad y aceptación, pues como diría Charaudeau:
El poder está hecho de lenguaje y acción.
Así entonces el discurso de ayer del presidente AMLO se coloca en la aceptación de quienes se sienten ofendidos y quienes han generado ofensas.
De tal suerte que la “prostitución y oprobio”, palabras utilizadas ayer por el presidente en su informe de gobierno para referirse a quienes en el pasado reciente nos gobernaron con deshonra, se mezclan con perfecta sinonimia.
Sin embargo, no haré referencia al oficio más antiguo del mundo donde la biblia retrata elegantemente a la que ungió con perfumes los pies de Jesucristo o, al lúdico retrato de aquella joven que terminó enamorándose de su cliente en “memorias de mis putas tristes”.
Me refiero al sentido metafórico discursivo que utilizó el presidente de las palabras “prostitución y oprobio”.
Según la real academia de la lengua (en sus excepciones), se refieren a: “Deshonrar o degradar algo o a alguien abusando con bajeza de ellos para obtener un beneficio” e “Ignominia, afrenta, deshonra”, respectivamente hacia la política.
En ese sentido: ¿Cuánto se prostituyó la política en el antiguo sistema político?
Una pregunta difícil de responder, pero la pobreza y miseria en el País lo dice todo.
Los pobres siguieron siendo más jodidos en un “México profundo” que ocultaron por mucho tiempo, donde el clasismo racista (colocado en el gobierno), se dedicó a maquillar cifras con la exquisitez de las meretrices de la Venecia del Renacimiento o el desmadre de Sodoma y Gomorra con la anuencia de millonarios y poderosos.
Esos que, sin arrepentimiento y remordimiento cual proxenetas de prostíbulos de mala muerte en palabras del presidente andan “nerviosos” y “fuera de quicio”, a la vez que “aturdidos y desorientados”.
Muchos siguen sin entender que la premisa fundamental para entender su discurso político es:
“Por el bien de todos, primero los pobres”, los que no van a burdeles ni se prostituyen al amparo del poder.
@cuauhtecarmona
