Aquella frase atribuible al científico Albert Einstein: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas”, reflejó la preocupación de que la ciencia superara a los seres humanos convirtiéndonos quizás en seres automatizados o en reos de lo inanimado pero con funcionalidad.
Nadie podrá negar que el gran invento del siglo pasado fue por mucho la llegada del Internet y con ello las nuevas formas de comunicarnos (facebook, twitter, Instagram, etc), que están bajo el cobijo del fenómeno antropológico (sin exagerar), llamado “social media” para conectarnos a través de contenidos (información), entre muchas otras cosas.
No estar conectado hoy en día es vivir en el anonimato cuando la comunicación política, social, deportiva, religiosa, etc., se da a través de las redes y plataformas socio digitales que están inmersas en la vida pública y social de todos nosotros, (incluyendo las noticias dolosas y la publicidad pagada), donde las nuevas dinámicas de comunicación traen también consigo conflictos y disputas.
Benditas redes diría nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin duda las nuevas tecnologías y sus herramientas de comunicación han cambiado las reglas de comunicarnos entre sociedad y gobierno y, entre una nueva sociedad que duerme y se despierta con un dispositivo móvil que construye y alimenta una realidad virtual.
Realidad que impone la agenda social, política y pública pero que no debe condicionarnos y maniatarnos cual títeres.
Ahora resulta que a veces creemos más lo que leemos en redes de lo que en realidad es verdad. Ya no digamos quienes propagan el chisme y el mitote pero esa, esa es otra historia…
En días pasados el creador de Facebook Mark Zuckerberg anunció que la máxima red social se llamará “META” en alusión quizás a lo infinito y el más allá construyendo realidades virtuales o mejor dicho artificiales pues la realidad elemental, aquella que está compuesta por el agua, la tierra, el fuego y el aire estoy convencido son insustituibles por más que traten de manipular el ciclo de la vida y también, de la muerte.
Me llama la atención que la nueva imagen de la nueva empresa de Zuckerberg sea un “mobius” que tiene la propiedad matemática de ser un objeto no orientable y por tanto infinito.
Estamos por tanto ante cambios paradigmáticos donde tenemos que recuperar la convivencia y la comunicación presencial donde darnos la mano, bailar, festejar, cantar, etc., y darnos en convivencia en torno al fuego como elemento físico “invirtual”, vuelva hacer la constante. ¡Las carnes asadas en carbón son insustituibles e inigualadas!
Tenemos que salvarnos de convertirnos en una generación de idiotas con el pretexto que lo virtual y desalmado es parte de la moda para estar inmerso con las nuevas tecnologías.
El desarrollo debe regresarnos a la convivencia como máxima expresión de la civilidad humana, de lo contrario estaremos construyendo como diría Einstein una generación de idiotas.
Debemos apostarle a la felicidad invisible y porque no, subjetiva de un modelo neoliberal en decadencia.
@cuauhtemocarmona