El discurso en la arena política lo es todo. El lenguaje se materializa en el discurso y éste se constituye en el instrumento preciso para llegar a convencer o disuadir a la sociedad respecto de programas, políticas, planes, etc. Los neuro-lingüistas sostienen que cuando hablamos, realizamos actos que modifican sustancialmente el estado actual de lo existente, es decir, hacemos cosas con las palabras, ejecutamos “actos del habla” y los políticos es lo que hacen todo el día, hablar, hablar y hablar a través de la comunicación en todas sus expresiones, aunque no cumplan lo que prometen.
El presidente Peña, se caracterizó por pronunciar discursos claros y con mensaje siempre y cuando no lo pusieran a improvisar; la dislexia y el arrebato lo asfixiaban. Ayer, de manera ordenada dijo que cumplió con el 97 % de sus compromisos de gobierno. Una cifra histórica partiendo que los políticos cumplen poco y hablan mucho.
Sin embargo, estoy convencido que los compromisos en campaña en la Comarca no se cumplieron. Basta recordar tres promesas: No se modernizó el transporte público en la Laguna, la zona metropolitana no despegó y el problema del agua sigue prevaleciendo.
Por tanto, un discurso fallido dentro de una administración ignominiosa y megalómana.
Y es que el lenguaje materializado en el discurso va más allá de su mera función de transmitir ideas o describir realidades. Produce acciones, encarna ideologías, sustenta el poder, lo es todo como apuntaba el Maestro Muñoz Cota: “El hombre es su palabra” y, la palabra es poder.
Desgraciadamente el discurso de Peña se desconectó con la mayoría de los mexicanos (salvo de aquellos inmersos en la nómina federal), pocos le creían y después del 01 de Julio dejaron de escucharlo. Los oídos de la mayoría se concentraron en el discurso del presidente electo donde EPN estuvo mudo. Nos volvimos hipoacúsicos contra Peña.
El análisis de los procedimientos argumentativos utilizados en los discursos políticos nos permite señalar que, en los discursos de los políticos se concentra su actividad y su esencia. Toda palabra y discurso del político debe ser la espada para el acenso o, el Harakiri por fallido…
@Cuauhtecarmona