Política

Fondos, fideicomisos y prevención

El huracán Otis nos recordó, de la manera más dolorosa, la necesidad de que México cuente con mecanismos financieros para hacer frente a diversas necesidades, ya sea de tipo operativo o por emergencias y desastres naturales.

El Fondo de Desastres Naturales (Fonden), era uno de estos mecanismos que hoy hacen falta. Cubría los gastos de reparación y reconstrucción de la infraestructura dañada por desastres naturales, además de brindar la ayuda necesaria a las personas damnificadas. Hoy ya no existe.

Debemos resaltar el hecho de que, en su momento, en su conferencia mañanera del 8 de septiembre del 2021, el presidente López Obrador justificó la decisión de eliminar el Fonden, difamándolo como “un barril sin fondo” y acusando, sin más prueba que su propio dicho, supuestas compras a sobreprecio, mientras presumía que “estamos atendiendo mejor que nunca a los damnificados”. Por supuesto, hoy decenas de miles de personas en Acapulco discrepan.

Y no es algo aislado. La semana pasada extinguieron formalmente los fideicomisos del Poder Judicial de la Federación, incluyendo los destinados a cubrir prestaciones de los trabajadores, quienes incluso realizaban aportaciones a esos fondos, que ahora se llevó el presidente. En otros casos, se trataba de fideicomisos dedicados a la implementación de las reformas en materia penal, laboral y procesal civil, cuya implementación queda en duda, para daño de todo el país.

La actual administración ha satanizado todos los fideicomisos. Sin duda, es reprobable que los desaparecieran sin mostrar pruebas sobre el supuesto mal manejo de los mismos, y ya ni hablar de las denuncias correspondientes y las sanciones aplicables a los probables responsables. Es evidente que si se hubiera comprobado el mal manejo de los fideicomisos, todos aplaudiríamos su extinción, pero no fue así.

Peor aún, el gobierno federal no presentó un mecanismo financiero para cumplir con el objeto de los fideicomisos desaparecidos. Siempre nos dijeron que el buen manejo de las finanzas públicas sería suficiente para cumplir con los objetivos y más; hoy, solo queda aceptar que dicha promesa no se cumplió.

La realidad se impone, y esta es que los fideicomisos son necesarios para constituir fondos que permitan al país cubrir sus necesidades; especialmente en el caso de los desastres naturales. Reconozcamos la terrible realidad que nos ha mostrado el huracán Otis, como reflejo del cambio climático y como advertencia de lo que va a suceder en el futuro.

En nuestro México, es totalmente irresponsable dejar este y otros temas a la suerte. Necesitamos fideicomisos bien manejados, aunque no le gusten a López Obrador.


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Cristina Márquez Alcalá
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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