Política

Cenicienta y la dependencia emocional

Me resulta interesante el análisis e investigación de ciertas actitudes o características en la personalidad de los humanos y cómo a partir de su estudio emerge un nuevo síndrome, palabra definida como el conjunto de síntomas que definen una enfermedad o una condición que se manifiesta en un sujeto.

Todos conocemos el cuento de La Cenicienta, protagonizado por una frágil, sumisa y desvalida princesa que requiere la ayuda de un “príncipe azul” que la rescate de una vida llena de calamidades. 

Esta situación es la que la autora norteamericana Colette Dowling estudió para acuñar el término “Síndrome de Cenicienta” fenómeno ampliamente descrito en su libro El Complejo de Cenicienta: el miedo de las mujeres a la independencia (1981). 

La investigadora establece la similitud entre esta forma de ser de la Cenicienta con la que quizás una buena parte de las mujeres —de forma consciente o inconsciente—, manifestamos en nuestro diario vivir.

El síndrome describe a mujeres que desarrollan una dependencia emocional y/o económica del hombre, lo idealizan y esperan que dé sentido a su vida. 

Los cuentos de hadas muchas veces afectan la percepción sobre lo que es ficticio y real, sobre la forma en que la mujer se percibe a sí misma, su valía, su independencia, su femineidad, su rol en la sociedad. 

Estamos tan acostumbrados a ver esta actitud de dependencia que ya nos parece normal y no llama nuestra atención o curiosidad analizar por qué las mujeres, en pleno siglo XXI, seguimos guiándonos por el mismo paradigma que cultural y socialmente se nos ha inculcado. 

La escritora e investigadora Coral Herrera explica en sus publicaciones cómo la educación tradicional de nuestra sociedad patriarcal nos ha enseñado a ser dependientes emocional y económicamente: 

“Con los cuentos que nos cuentan de pequeñas, aprendemos a delegar nuestra felicidad en la llegada del príncipe azul que nos cambie la vida, y ello hace que suframos mucho si no llega, si no es como esperábamos, o si pasado un tiempo decide separarse de nosotras y nos pide que abandonemos el palacio”.

Sin duda es importante cuestionar este miedo a la independencia, a salir de la zona de confort y dejar de vincular la felicidad con una relación de pareja; reivindicar el rol de la mujer y su libertad.


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Claudia Rivera Marín
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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