Política

La piel avisa

Hay principios básicos que deben regir la vida cotidiana de las personas, conceptos surgidos a lo largo de la historia que imperan para convivir en armonía, en pro del bien común y de cada persona.

Valores como la verdad, la libertad, la justicia, la lealtad y el respeto son necesarios para la vida en comunidad y conforman el ser de cada persona; rigen su toma de decisiones y, por tanto, su conducta. En todo caso priva el mandato de lo que sí se debe o se puede hacer y de lo que no.

Los valores humanos son conocidos y asequibles, se transmiten de generación en generación y, lamentablemente, al mismo ritmo que los vicios y las conductas indeseables, pues personas humanas somos aunque, como tales, también tenemos conciencia y el poder de decidir sobre nuestros actos.

Hace muchos años no se usaban los términos de transparencia ni de rendición de cuentas en el servicio público, pero siempre se ha hablado de honestidad, de honradez y decoro, de decencia y dignidad, importantes tanto en el fuero interno como en lo social, mucho más cuando la acción personal afecta indefectiblemente a la sociedad.

Como decía mi abuelo, “la piel avisa” cuando algo no va bien; es esa sensación de saber que determinado proceder no es correcto, que puede hacer daño a uno mismo o a los demás, quedando en medio la decisión personalísima de actuar con honestidad o no, nada es fortuito.

La corrupción imperante, no solo en el ámbito público, insisto, sino en todas las esferas del desenvolvimiento humano, pasa por una decisión previa: el que miente, quien lleva una administración opaca, sin resultados o ha delinquido, no podrá decir que no tuvo intención de hacerlo.

Por ejemplo, según datos del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional 2021 (TI), México obtuvo una calificación de 31 puntos en una escala de cero a 100, en la que 100 sería la mejor calificación posible; pareciera que en este país el combate a la corrupción se ha detenido, ya que para 2021 mantuvo la posición 124 entre los 180 países evaluados, el mismo sitio ocupado en 2020; nadie podrá decir que fue sin querer.

Tales resultados, así como los índices delictivos del país, que evidencian la comisión de más delitos y de mayor impunidad, hablan tanto de indolencia como de un desapego monumental a la ética y, más aún, de ese terreno personalísimo donde se decide hacer el bien o todo lo contrario.

Al presentar la segunda edición de Anatomía de la Corrupción, en 2016, Amparo Casar dijo que “la corrupción tiene demasiados costos como para seguir tolerándola y debemos combatirla porque nos conviene, porque erradicarla es un buen negocio” y, afirmo, será señal no sólo de buena voluntad sino un paso concreto para el progreso de este país.

Carolina Monroy

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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