En 2018, el CIDE publicó en un solo volumen una serie de textos de varios autores producto de una investigación convocada por Mauricio Dussauge sobre qué había sucedido con la Línea 12 del Metro de Ciudad de México desde su planeación hasta, entonces, su cierre en 2014 por múltiples fallas.
La idea era ver todos los ángulos de lo que había sucedido, y fallado, en términos de gestión y política pública. El estudio está lleno de información y datos que van desde cómo se habían construido las otras líneas hasta todo lo que sucedió con este nuevo modelo de gestión que, además, se dio en un contexto político y administrativo diferente al de las primeras líneas construidas. Detallan y analizan cada momento, cada decisión, cada licitación, y después la manera en que se intentó solucionar todo lo que se había hecho mal hasta llegar al proceso de revisión y rendición de cuentas que, para variar, también salió mal. Es lo más completo que se puede leer sobre aquel desastre de administración pública.
Claudia Sheinbaum ha dicho que no solo llegará a las últimas consecuencias en la investigación de lo sucedido en la noche trágica, sino que ha repetido más de una vez que hará una investigación y revisión de “la Línea 12”. Toda. Y ha dicho una y otra vez que habrá “rendición de cuentas”. La jefa de Gobierno debería, para empezar, leer el reporte completo.
Y con relación a la rendición de cuentas, poner atención en el texto de la doctora Grisel Salazar que describe con claridad los problemas estructurales de nuestro proceso de rendición de cuentas. “Se pueden realizar muchas críticas, pero algo que no puede denunciarse es la ausencia de acción institucional. (…) Para finales de enero de 2015, casi un año después del cierre parcial de la L12, se habían aplicado sanciones administrativas a más de 40 funcionarios involucrados en los procesos de contratación, adjudicación o diseño de la obra, 23 de los cuales incluso han sido sancionados más de una vez. Para mediados de 2017 se habían sancionado penalmente a cuatro funcionarios. A pesar de todo lo anterior, aún estamos lejos de hablar de un ciclo completo de rendición de cuentas para uno de los más grandes desastres urbanos de Ciudad de México, no solo por sus consecuencias en términos financieros, al ser la línea más cara de la historia”.
Todo esto antes de que un puente se cayera y matara a 25 ciudadanos. El informe está aquí.
Carlos Puig
@puigcarlos