El lunes llegaron a Tierra Caliente, Guerrero, más de 300 efectivos del Ejército y la Guardia Nacional para “reforzar el operativo de búsqueda” de los responsables del homicidio del fiscal regional y mayor de justicia militar, Víctor Manuel Salas Cuadras, la noche del sábado en Coyuca de Catalán. Desde la madrugada de ese día comenzaron a llegar diferentes patrullas del Ejército con los refuerzos desde diferentes lugares. Llegó un grupo de Chilpancingo, otro desde Ciudad de México y uno más desde Zihuatanejo para las acciones de búsqueda de los responsables del asesinato. Los elementos del Ejército y de la Guardia Nacional llegaron en más de 50 patrullas en diferentes momentos a Tierra Caliente. Todos se alojaron de manera momentánea en las instalaciones del 34 Batallón de Infantería en Altamirano.
Como se acostumbra en estos tiempos de Guardia Nacional y Ejército, llegaron tarde. El fiscal ya había sido asesinado.
Mientras los militares (vestidos de Ejército o GN) buscaban asesinos en Tierra Caliente, en Chilpancingo la mañana del martes fue asesinado Fernando García Fernández, delegado en Guerrero de la Fiscalía General de la República, cuando salía de su domicilio ubicado al sur de Chilpancingo.
Después del asesinato, sí, tarde otra vez, elementos de la Guardia Nacional, Ejército y policía estatal están en las diligencias para resguardar la zona. El asesinato ocurrió a cinco cuadras de las instalaciones de la fiscalía general del estado.
Eso sí, un día después, como suelen hacer, las autoridades “informaron” que ya tienen idea de quién asesinó al delegado de la FGR: el grupo de Los Ardillos (los delitos, por cierto, los cometen personas, no apodos) por las acciones que la misma Sedena y la fiscalía habían emprendido contra tal organización delictiva. Entonces, ¿por qué no estaba protegido?
El martes, El Sur de Acapulco publicó un mapa elaborado por la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero que da seguimiento a la expansión durante este año de La Familia Michoacana en la entidad, “y muestra que con sus alianzas mantiene cercado al Grupo de los Tlacos. El mapa realizado por la dependencia se titula ‘Presencia de La Familia Michoacana y su avance con aliados (La Bandera, Los Ardillos, cártel del Sur, Los Maldonado)’”. La Familia Michoacana ya controla 30 municipios.
Duda razonable: ¿por qué si las autoridades saben tanto, no solo apodos, siempre llegan tarde?