Peritos de la Procuraduría General de la República, el experto José Torero convocado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) formado por la CIDH, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y después el Grupo de Expertos en Fuego convocado para intentar dirimir las diferencias en los dictámenes de los tres primeros han estudiado el basurero de Cocula, a unos kilómetros de Iguala, para determinar si ahí, como lo sostuvo la PGR con base en testimonios de presuntos delincuentes —varios de ellos torturados— fueron asesinados y después incinerados los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa en aquella terrible noche de septiembre hace casi ocho años.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos dedicó decenas y decenas de páginas a revisar esos dictámenes y encontrar sus aciertos y defectos, destaca que uno de los restos identificados genéticamente sí fue encontrado en el basurero, pero tampoco llega a ninguna conclusión definitiva y termina pidiendo que se hagan más estudios sobre lo ahí encontrado.
Por años la discusión pública se centró en esos dictámenes y en ese basurero. Tiempo después en algunas entrevistas Murillo Karam cedía y afirmaba que “tal vez” no todos los estudiantes habrían sido llevados o asesinados y quemados ahí, entre otras cosas, porque nuevas investigaciones señalaban que habían sido separados y llevados a diferentes lugares. Olvidando que la consecuencia real y más importante de aquella narrativa inicial había hecho que, en la misma lógica, no se desplegaran búsquedas suficientes de dónde más podrían haber quedado los muchachos. Si la PGR ya había dicho que todos en el basurero, para qué, esta fue una de las mayores discusiones del GIEI con el gobierno el sexenio pasado.
El reporte presentado la semana pasada por Alejandro Encinas es precavido con el asunto del basurero. No se refiere directamente a aquella controversia, aunque sí afirma que las nuevas evidencias apuntan a que los jóvenes fueron llevados a diferentes partes y que un grupo estuvo recluido y con vida días después del supuesto incendio en el basurero.
Pero esos datos son centrales porque es en lo que de verdad se diferencia lo que sabíamos del nuevo informe: lo que sucedió con los estudiantes después que estuvieron en manos de los criminales. Eso, el basurero, es la verdad histórica.
@puigcarlos