Un afamado escritor increpaba a un investigador por las imprecisiones en su artículo. Le sugerí que escribiera uno aclarando y precisando, pero contestó que no tenía tiempo para ello.
Otro escritor afamado me comentó de las mismas imprecisiones del mismo artículo, argumentando que quedarían para la posteridad como tantos otros que perjudicaron la memoria literaria.
Visto desde afuera, tales imprecisiones son producto de dos vertientes: la primera deviene de la metodología de investigación dominante en la academia universitaria.
La segunda de una situación estructural que obliga a publicar artículos para mantener el nivel académico y económico del investigador.
Quien coordina, impone temas y metodología de investigación a sus subordinados y éstos complacen a quien coordina para mantener su rango.
Los que investigan la literatura jalisciense del siglo XX, según puede verse por sus publicaciones, siguen la metodología rescatista del positivismo comtiano; con ella, todo lo escrito es literatura, sin importar su valor estético.
Y todo estaría bien si se pasara a la criba mediante el análisis y la valoración estética, pero, ésta hasta ahora no existe.
Rescatar autores es una manía que nadie puede detener, como un mal de Parkinson.
Artículos de autoría distinta que tienen al mismo autor como tema, hablan de lo anecdótico y lo personal, porque no hay nada más qué decir.
Debe de haber en Jalisco, en la segunda mitad del siglo XX, tantos escritores que una brigada de doctores en letras no podría rescatarlos del olvido.
Rescatar es lo importante, pero habrá que esperar un siglo quizás para que alguien valore esa obra, publicada como evidencia del rescate.
El nivel del investigador-rescatista no pasa del descubrimiento.
Entre estos rescates podríamos mencionar el del maestro de un par de investigadores que para enaltecer su memoria y pagar su culpa por no haber aprendido lo que les enseñaba movieron sus influencias para publicar sus poemas y el de un personaje que nunca en su vida se reconoció como poeta, pero que sus deudores emocionales le publicaron sus versos.
Si no lo hubieran hecho no hubiera habido detrimento de nada ni de nadie.
Todos esos rescates, al igual que las imprecisiones de tiempo, lugar y modo del artículo mencionado al principio, resultan perjudiciales a las letras de este Estado, pero los que no saben hacerlo están preocupados por mantener su puestos en la universidad y su ingreso económico y no en los datos precisos, y los que saben y se indignan por esos garrafales yerros de los investigadores medianos no tienen tiempo para corregirlos porque están posicionándose en otros estamentos del campo de las letras.
La manía de los rescates literarios
- Los caminos no vistos
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Carlos Prospero
Jalisco /