Cultura

La alta cultura mexicana

La llamada “alta cultura mexicana”, aunque les den ñáñaras a los intelectuales clasemedia, no es cultura ni es mexicana, pues lo que consideran es cultura no forma parte de todos los mexicanos, porque, aunque se dude, no todos los que habitan en el territorio mexicano son mexicanos.

Exiliados, criollos, mestizos desde la Colonia e indios, además de gringos avecindados, ingleses, franceses, alemanes, suizos, suecos, chinos, japoneses, libaneses, turcos, árabes, que radican aquí y no todos participan de esa alta cultura.

Por otra parte, los guetos ideológicos en razón de sus creencias religiosas (católicos, protestantes, judíos, ortodoxos y liberales, judíos conversos, hinduistas, budistas, lamaístas, taoístas, confucionistas, jesuitas, maristas, masones, opusdeistas, y otras tantas comunidades como la LGBTT, los vegetarianos, los veganos, etcétera), que viven aquí, muy probablemente paguen sus impuestos, pero no forman parte de esa alta cultura mexicana, porque no saben ni siquiera que existe.

Entonces, ¿qué es esta “alta cultura mexicana”?, pues la cultura de un gueto formado por un grupo de intelectuales clasemedia que han imitado a lo largo de los años el modo de pensar de los intelectuales pequeñoburgueses de Europa.

Porque para ellos Europa es todo el mundo.

Y lo han hecho así para distinguirse, de los mexicanos mestizos desde la Colonia, para sentirse hitlerianamente superiores a todos ellos.

Imitan, porque, en el campo de las humanidades, han seguido la línea histórica que viene de Platón hasta Foucault, con un promedio de diez años de retraso en razón del tiempo que tardan en traducir a esos pensadores que, más que innovadores, significan dinero para las editoriales.

Aunque diez años atrasado, unos más y otros menos, porque hay que tener en cuenta a los que leen en los idiomas originales y se retrasan menos, ese conocimiento se vuelve un medio de poder con el que el que lo ha conocido se eleva sobre los que lo ignoran.

Creo, a efecto de comprobarlo luego, que los únicos que han innovado sus campos de trabajo son los del área de las ciencias, porque los de humanidades todavía andan revisando a Lukács y a Benjamin con mentalidad de rescatarlos del olvido.

Traducen, imitan, interpretan, hacen exégesis, tropicalizan  las ideas, pelean por su lugar en una escala social artificial creada por los dos grandes caciques de las letras mexicanas todavía vigenciados por ellos mismos y reciben del gobierno cantidades de dinero que les hace mantener su status de clase media intelectual.

A eso le llaman alta cultura mexicana, semejante al “Sueño americano”, al que quisiera tener acceso el grueso de los aspirantes al campo de las letras. 

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Carlos Prospero
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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