Sociedad

Moda reciclable por el planeta

La industria del vestido usa 93 mil millones de metros cúbicos de agua al año, lo que equivale a la misma cantidad que serviría para que sobrevivan cinco millones de personas (Noticias ONU, 12/04/2019).

En tan solo 15 años, la producción de ropa se duplicó, el consumidor promedio ahora compra 60 por ciento más y la desecha más rápido(UNECE, 2018).

La industria de la moda es la segunda más contaminante. Es el segundo mayor consumidor de agua y emite más emisiones de carbono que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos (BBC, 12/03/17 y UN Environment, 14/03/19).

Estas cifras muestran que nuestra forma de consumir y de vestir afecta al planeta. Así que a continuación veremos una opción medioambientalmente responsable.

Primero, ¿por qué cambiar?

Con la moda rápida o fast fashion, ahora existen al menos 52 microtemporadas cada año. Lo que genera más compras, que la ropa se use menos y se deseche más ya que, en promedio, cuatro de cada 10 prendas ni siquiera son utilizadas (UNECE, 05/03/18).

Cada segundo se quema o se entierra una cantidad de textiles que caben en un camión de basura. Al año tiramos al mar el equivalente a tres millones de barriles de petróleo, por el medio millón de toneladas de microfibras que desprende la ropa.

Segundo, una opción amigable con el planeta

Una tendencia que busca cambiar la forma en la se ve la industria del vestido es conocida como clothing swap o intercambio de ropa. Que es un modelo de economía circular, sustentable y que promueve el consumo consciente (Euronews, 08/11/19).

La idea es que las prendas tengan una vida útil más larga y desechar menos, así como tener artículos distintos sin tener que comprar más.

El concepto es muy sencillo. Se invita a un grupo de amistades, alrededor de 20 personas, a una reunión con bebidas y comida para convivir. Se establece cuántas prendas llevará cada quien y la calidad de las mismas. Se pueden intercambiar directamente o dar una moneda simbólica al inicio para después quedarse con la pieza. Lo que queda se dona para reutilizarse.

Tercero, beneficios del intercambio

Al participar en la moda reciclable, saben que quien se quede la ropa la valorará, tienen la posibilidad de cambiarla por algo atractivo, se redefine el concepto de las tallas y se vuelve más agradable, ahorran dinero y ayudan al medio ambiente.

Al cambiar unos pantalones de mezclilla, en vez de comprarlos, se ahorran los siete mil litros de agua que se necesitan para hacerlos y que equivalen a la cantidad que consumiría una persona si tomara dos litros al día por casi una década (Greenpeace, 21/04/16).

Redefinamos nuestro consumo para hacerlo más sustentable. Tomar conciencia y nuestra responsabilidad puede hacer una gran diferencia para el planeta.

@carlosjguizar


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Carlos J. Guizar
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