La mayoría de nosotros acostumbramos a celebrar en diciembre con nuestra familia, amigos, colegas de trabajo o vecinos, el año que cierra y la llegada de uno nuevo.
Ese año que tanto esperamos para, ahora sí, tener el éxito que siempre hemos soñado, el trabajo que queremos, hacer ejercicio, tomar mejores hábitos de vida, realizar todas esas cosas que por alguna razón, en el año que ha pasado no pudimos lograrlas.
Claro que es bueno que seamos optimistas y confiemos en la buena fortuna para lograr todos nuestro anhelos, pero es importante que sepamos, que nosotros somos quienes marcamos el camino a seguir para lograr lo que deseamos y que serán nuestras acciones y decisiones las que darán rumbo a ese camino.
Albert Einstein decía: “Es una insensatez hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes”, nosotros somos nuestro principal obstáculo entre nuestra realidad y nuestros sueños.
Debemos empezar a perdonar nuestros errores y aprender de ellos, enmendar las faltas que hemos hecho para poder estar en paz con uno mismo y saber que en el intento vamos a encontrar obstáculos que nos harán pensar dos veces antes de seguir, pero el verdadero aprendizaje y crecimiento esta en el camino, en ese camino que recorremos para lograr algo y que al final cuando lo obtenemos, estamos listos para seguir a la meta siguiente.
El año que termina siempre deja sinsabores, algunos habrán experimentado la partida de seres queridos, hónralos y recuérdalos están contigo siempre, así como también otras habrán visto llegar a sus familias a nuevos miembros, disfrútalos, gózalos.
La vida sigue siendo un ciclo, un ciclo en el cual depende de nosotros el rol que tomemos y como lo afrontemos para dejar nuestra huella en ese ciclo.
Después de algo bueno, por lo general se avecina una dificultad, y después de esta, seguramente vuelven a llegar los buenos momentos.
El año nuevo es simplemente una fecha, si pensamos bien cada día para nosotros es un año nuevo, no esperemos a que el calendario marque nuestro accionar o nuestra transformación, empecemos ya nosotros mismos, pongámonos en marcha y siempre seamos agradecidos, por lo bueno y lo malo, ambos son parte de un todo.
Para el año venidero solo puedo desearte que emprendas el camino hacia tus sueños, que cuando aparezcan los momentos de incertidumbre, y tenlo por seguro que habrá muchos, hagas una pausa, cierres los ojos y escuches a tu corazón, el seguramente será tu guía, hazle caso y a darle con todo.
Que tengas un venturoso 2023, en donde el camino que traces sea el verdadero logro de tu vida.
