El mismo lunes 13 del mes en curso —cuando le magistrade de Aguascalientes fue asesinado junto con su pareja, Dorian—, el colectivo LGBTQ+ salió a calles en diversas ciudades para reclamar justicia. Al contrario de la Marcha del Orgullo que se realiza cada año en junio —muy civilizada—, esta vez permeaba una rabia que se patentizó en pintas a monumentos, comercios, bancos e instituciones públicas del país. Inédito.
Jóvenes la mayoría. Nuevas generaciones que no requieren líderes para exigir derechos constitucionales, que la legalidad sea palpable en la vida pública de las personas de la diversidad sexual, hoy muy especialmente a los no binarios que, como usted —le magistrade—, reclamaron ética y compromiso al Estado. Su muerte y la de su pareja marca un antes y un después en la lucha del movimiento LGBTQ+.
Indigna la expedita solución de la fiscalía de Aguascalientes: no es crimen de odio por homofobia; Dorian, drogado asesinó a le magistrade y después se quitó la vida. Se filtraron fotografías de los dos, postrados en el piso, uno junto al otro. Igual filtraron videos cuando salen del aeropuerto rumbo a su casa. No se hablan, están contrariados, imaginan. El criminal usó una antigua navaja de afeitar para ambos. ¿Dorian alguna vez demostró violencia contra le magistrade? ¿Lo golpeaba? ¿Se sabe de algo que indique que el asesino estaba cerca? ¿No importan las amenazas de muerte de que era víctima le magistrade en redes sociales? ¿Nadie sancionará a inmorales como Chumel Torres que se burló del occiso? ¿La custodia a Ociel por parte del gobierno de Aguascalientes puede lavarse las manos así, sin más? Inadmisible.
La comunidad LGBTQ+ no es la misma de hace años, está en lucha. Hoy existen leyes que nos protegen por igualdad sin importar nuestra sexualidad. El avance constitucional es insoslayable y del reclamo de que se cumpla la ley y justicia, ninguno de nosotros parará hasta esclarecer los hechos. Hay que ir hasta las últimas consecuencias. No esperen una Marcha del Orgullo como si fuera un carnaval el próximo año. Más vale que se tomen en serio este crimen de odio, como tantos otros, por décadas.
Salimos el mismo día del suceso y no vamos a parar hasta saber la verdad. Basta.