Cultura

Edmund White

Hace ya varios años que el mes del orgullo gay sobrepasó su temporada de cultura y activismo. En instituciones públicas o privadas se asoma la presencia de los colectivos LGBT+ en museos de arte: pintura, escultura, fotografía o diversas presentaciones de libros, conciertos de música o danza alusivos al tema. Como si el “orgullo gay” ya no fuera solo la marcha anual esperada para manifestarnos por derechos civiles, no. Ahora se desfila para la fiesta como si fuera un carnaval, como si aún no hubiera crímenes de odio…

Creció sin duda el concepto civilizatorio de igualdad en todas las siglas LGBT+, y fuera de ellas. Eso NO quiere decir que lo que se ofrece como arte lo es; es más bien una manifestación que cuenta una historia de escaso contenido artístico. Los libros son un claro ejemplo de títulos que hoy existen en el mercado editorial más para venderse a un consumidor que al conocedor de literatura. Los elegebeteros no somos distintos al resto de la sociedad. Saber elegir es una opción de calidad, no de cantidad. Y el gusto prima siempre por encima de lo superficial. No darían estas escasas líneas para nombrar lo bueno, lo malo y lo peor, citar nombres es complicado: no le gusta a nadie la crítica, ni la duda cabe.

Como sea, hay que aplaudir la proliferación de muestras LGBT+ a lo largo del año en México. La crítica Olga Harmony me repetía constantemente en los 80 que “hay demasiado teatro gay”, cuando apenas empezaba la insistencia de nuestra presencia, fuera del clóset, en los escenarios. Quizá es justo lo que falta, “demasiado” para que alguna vez surja un solo acontecer artístico, estético, cultural que nos abra los sentidos. Se cuentan con los dedos obras teatrales de calidad y hoy da flojera ir a ver simples desnudos, sin argumentos solventes (no es albur).

Si no fuéramos complacientes, más exigentes, el arte emergería a fuerza de insistencia. Apenas el 3 de junio falleció Edmund White, precursor de la novela gay actual. Estuvo en 1969 en los disturbios del bar Stonewall. Escribió: “De repente, vimos que podíamos ser una minoría con derechos, una cultura, una agenda”. No se equivocó. Leerlo ahora igual invita a empezar de nuevo a despertar a un activismo semiperdido. 


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Braulio Peralta
  • Braulio Peralta
  • [email protected]
  • Periodista, ensayista y editor. Autor de Otros nombres del arcoíris, El poeta en su tierra, diálogos con Octavio Paz, De un mundo raro, un libro de crónicas de sus personales viajes como corresponsal en España, y El clóset de cristal. Publica todos los lunes su columna La letra desobediente.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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