Ayer en España Telefónica reveló sus resultados de 2019. Lo más relevante fue la caída en los beneficios por el impacto, fundamentalmente, de la “revisión de activos por impuestos diferidos en México y las provisiones por gastos de reestructuración en España”. Esos beneficios netos cayeron en 65.7% (unos mil 142 millones de euros). De esa cifra, la mayor parte, 40% (454 mde), fueron a causa de su filial mexicana.
Estos datos terminan por confirmar la decisión de la multinacional española de vender sus operaciones y dejar toda Latinoamérica (excepto Brasil) durante la segunda mitad de este año. Ya incluso hay un banco internacional encargado de vender el portafolio de operaciones regionales, incluido nuestro país.
La primera señal de esta venta la dio a fines de noviembre del año pasado el propio presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, cuando presentó un plan de prioridades para lograr un resultado positivo por 2 mil mde. Allí quedó claro que el foco de la empresa de telecomunicaciones estaría solamente en España, Brasil, Reino Unido y Alemania como mercados clave y la creación de Telefónica Tech y de Telefónica Infra, así como el spin-off operativo de Latinoamérica.
“Nuestras operaciones en Hispanoamérica eran, hasta hace unos años, el motor de crecimiento de la compañía. Sin embargo, las condiciones particulares en estos mercados han impactado en la evolución de nuestros negocios, mermando su contribución en los últimos años por distintos motivos (entorno macro y regulatorio, mayor presión competitiva, una escala insuficiente o la volatilidad de las divisas), a pesar de los enormes esfuerzos de los equipos locales”, dijo Álvarez-Pallete en ese mismo anuncio.
Ya en marzo de 2019 vendieron sus operaciones en Guatemala y El Salvador.
México ha sido un mercado difícil para Telefónica, un país donde a pesar de la presencia de un ente regulador (Ifetel) desde hace siete años, lo cierto es que entre Telmex y Grupo Televisa concentran las dos terceras partes de los suscriptores del sector. Movistar tiene solo 22% del mercado de telefonía móvil versus 63% de Telcel y seguido por AT&T, con 14.8%.
La segunda señal de quemar las naves en este mercado fue el primer reacomodo de operaciones en busca de ahorros en México, cuando a mediados de noviembre de 2019 Telefónica firmó un contrato con AT&T para usar su infraestructura de última milla inalámbrica y así conseguir ahorros y dejar de invertir en su propia red. En su momento, Camilo Aya, presidente y CEO de Telefónica Movistar México, afirmó que “esto nos da la posibilidad de tener una red más eficiente y enfocarnos más en los servicios de valor sobre los clientes”.
Lo cierto es que, a pesar de que en un mes se hace efectiva la división de Telmex a solicitud del Ifetel, hay empresas que no esperan mucha mejora en competencia aun con esta medida tan postergada.
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