José Antonio Díaz encontró hace una década una oportunidad inmobiliaria al que ningún desarrollador le había apostado: comprar viviendas abandonadas en conjuntos habitacionales y dedicarle tanta inversión al inmueble como al entorno. “Crear comunidad es un negocio no solo para los vendedores sino para los vecinos”, me explica Díaz, que fundó en 2010 en Tijuana Comunidades que Renacen, más conocida como Provive.
Tras la crisis de 2008, mucha vivienda de interés social (un sector que explotó en el sexenio de Calderón) estaba abandonada. Una de las razones fue la debacle de las propias desarrolladoras (Geo, Urbi, Homex, entre otras): proyectos lejos de la mancha urbana, sin infraestructura ni accesos. “Estas empresas convencieron a la gente que esas eran las casas que les tocaban, en vez de explicarles que podían comprar donde quisieran”, dice Díaz. A esto se sumó la falta de empleo en las ciudades del norte que trajo la crisis financiera y la inseguridad. “En colonias donde había 80 casas y 50 estaban abandonadas, eso generaba invasión de vivienda, pandillas y robos”, agrega Díaz.
Con otros socios compró hace 9 años seis casas en Paseos de Florido, un desarrollo de Su Casita en Tijuana. “Era obvio que las compramos por poco dinero y que las íbamos a poder vender más caras pero no sabíamos que había kilos de gestión que necesitaban para regularizarlas, recuperar escrituras y sobre todo involucrar a los vecinos”, agrega.
Creó una fundación —Tú+Yo— que, con un equipo de profesionales (psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales), comenzaron a hacer ‘labor de calle’ para conocer sus necesidades y sumarlos a la tarea de mejorar su calle y su colonia. A la fundación le dedica 2 por ciento de sus ingresos (o 15 por ciento de su utilidad operativa) porque “nuestra diferencia es que apostamos a una inversión de largo plazo porque entendimos el valor del impacto social que ofrecemos”.
Fue esta visión de recuperación social y edilicia lo que le permitió recibir fondeo de Ignia, Adobe Capital, Altum, Finox y el BID, mismos que pagó el mes pasado gracias a un CKD de 400 mdp del Credit Suisse.
“Hacer comunidad es caro, es a largo plazo pero sí es negocio. Por ejemplo unas mil 200 viviendas que compramos en Tijuana en 2010 a 120 mil pesos, las vendí a 240 mil y hoy están valuadas en 450 mil”, me explica Díaz, quién ya lleva recuperadas a la fecha 9 mil viviendas en Tijuana, Ciudad Juárez, Mexicali y Hermosillo. Este año recuperarán otras 3 mil y su plan de negocios es llegar a otras 15 ciudades y tener un promedio de 10 mil viviendas y entornos sociales recuperados al año.
El mercado para Provive es enorme aún: se calcula que el total de vivienda abandonada e invadida en fraccionamientos formales urbanos es de 500 mil, de las cuales 300 mil son ya del Infonavit y el resto está en carteras de bancos.
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