De manera silenciosa, Telegram ha avanzado tecnológicamente desde su creación en 2013, con prestaciones de seguridad y encriptado más robustas que las de WhatsApp; pero el paso anunciado el pasado 31 de julio resulta significativo para convertirse en una meta plataforma.
La interfaz de origen ruso, avecindada en Dubái, con 950 millones de usuarios, incluirá un navegador web para mejorar la experiencia de usuario y permitirle consultas en la red sin salir de ella.
Además, agregará una tienda de mini apps, un nuevo tipo de mini apps entre ellas, algunas de gestión de criptomonedas, así como la posibilidad de regalar estrellas a amigos, entre otras funciones.
Como se puede ver, se trata de la creación de un ecosistema en sí mismo.
El sistema sobre el cual se construye esta web, conocido como TON (The Open Network) es una plataforma de internet descentralizada y abierta formada por varios componentes, uno de ellos blockchain.
En su momento, el propietario de X -que tuvo sus mejores glorias con el nombre de Twitter- Elon Musk, dio a conocer que buscaría convertirla en la plataforma de todo, pero Telegram dio un paso que le tomó la delantera, particularmente en el cibersistema financiero.
Telegram presenta a TON como la posibilidad de “desbloquear la libertad con las finanzas descentralizadas” por medio de transacciones con toncoins y billeteras (wallets) para su almacenamiento.
El ecosistema se completa con eSIM´s, tarjetas de internet para navegar de manera rápida en más de 150 países, la cual se puede utilizar junto con la tarjeta SIM normal de cualquier proveedor. “Una forma más inteligente y cómoda de mantenerse conectado, ya que le permite descargar paquetes de datos directamente a su teléfono”.
Sin duda, Telegram se puso a trabajar y amenaza con convertirse en un clúster tecnológico ¿podrá alcanzar a WhatsApp en el número de usuarios? ¿o ya no es su ámbito de competencia?.
Estamos ante la diversificación de los servicios y al mismo tiempo la concentración de posibilidades ¿hacia dónde nos llevará?