La noticia fue desgarradora para muchos: Selena Gómez, la famosa cantante y actriz, decidió dejar las redes sociales. Según algunas fuentes, Selena estaba harta de recibir mensajes de admiradores que, en sus propias palabras, “critican hasta la marca de sus calzones”. Pero nada en un mundo tan sofisticadamente estudiado como el medio artístico sucede por casualidad. Selena no está sino respondiendo, intuitiva o premeditadamente a una tendencia global: la despantallización.
La vida en línea, o al menos la cantidad de tiempo que pasamos en línea, está disminuyendo de manera importante. Estás leyendo bien. En un mundo donde las empresas han estado luchando por captar la atención digital de los consumidores, este cambio es algo que ha dejado a más de uno con la boca abierta. Por ejemplo, las conexiones virtuales de negocios han caído en 25 por ciento desde el 2020 y las de ocio en 15. Varios son los motivos.
Las personas estamos cansadas de la vida en línea. No es sorprendente que después de casi tres años de encierro y trabajo remoto la gente esté buscando cualquier oportunidad para salir. Un cercano amigo solía pasar más de 10 horas al día en su teléfono, hasta que se dio cuenta de que estaba perdiendo la vista. Al respecto, tomó medidas drásticas: dejó su trabajo y con la liquidación fundó una empresa de mermeladas, que prepara desde un pequeño rancho a 30 minutos de la ciudad más cercana. La venta por internet la delegó a un empleado, que es quien hoy pasa esas 10 horas conectado. Otra conocida solía pasar todo su tiempo libre viendo videos de gatos en YouTube, pero un día, mientras veía a los gatos jugar, se dio cuenta de que tenía semanas que no jugaba con su propio gato, así que tomó la decisión de moderar su acceso en línea y realizar actividades reales, procurando hacerlo siempre acompañada del gato verdadero. A lo anterior hay que agregar las enormes preocupaciones que han surgido por las constantes violaciones del internet a la privacidad y la seguridad de las personas, incluyendo la venta de información individual, algo que pocos están dispuestos a tolerar.
¿Qué significa todo esto para las organizaciones públicas y privadas? Algo muy claro: que deberán encontrar formas innovadoras de conectarse con las personas fuera del mundo digital, mientras que dentro de lo digital deberán ser más efectivos en menos tiempo. Es un reto, pero una opción es ver cómo Selena Gómez, más allá de sus calzones, reconectará con 385 millones de personas en el mundo real, el número de seguidores que tenía en redes.
Lo cierto es que el mundo moderno no deja de sorprender. Por eso, en la empresa como en la vida, para el éxito lograr, los cambios debes identificar, pues solo así te podrás adelantar. Es la recomendación circunstancial de tu Sala de Consejo semanal.
Arnulfo Valdivia Machuca
@arnulfovaldivia