Cultura

Las creatividad y las pandemias del siglo XVI

Los seres humanos, en general, necesitan de una buena sociedad, de unos gobernantes que no sean ni malos ni mediocres y entender que en el primer cuarto de siglo XXI ya la velocidad no es la misma. La aceleración del ritmo del crecimiento, de invenciones, y avances tecnológicos requiere un cambio de actitud hacia el ser humano y su relación con el mundo. Es decir, se necesita una clase diferente de ser humano. Maslow, cuando habla de estas velocidades, se refiere a que ahora está más de acuerdo que nunca con las ideas de Heráclito, Bergson o Withehead sobre un mundo como flujo, proceso y movimiento y no como algo estático. Por lo tanto se necesita otro tipo de ser humano para poder vivir en un mundo en perpetuo cambio y nunca en reposo. Defiende un tipo de hombre heraclíteo, de modo que la sociedad que pueda formar personas así sobrevivirá, y las que no puedan, perecerá.

Hablo ni más ni menos que de los creadores, que son los únicos que pueden darle un giro a las pandemias, a las guerras, al mal que acecha y que proviene de la ignorancia, de la incultura y del analfabetismo de los gobernantes, empeñados en prevalecer a toda costa y meter al mundo en guerra para vender armas o vacunas o cualquier tipo de instrumento que dé dinero. ¿Por qué no favorecen la música, el arte, el baile, la poesía? Mientras un país se desangra en la miseria y la ignorancia, la naturaleza humana se subestima y cuando cuenta con buenos especímenes, los considera no humanos, sino sobrenaturalmente dotados.

Esto se acaba, todo cambia, atrincherados en nuestras casas nos alcanza la pandemia mientras que ellos, vacunados desde el principio de la guerra pasean sin bozal y son los únicos que hablan. Otros eliminan a sus investigadores o los discriminan bajo una miseria perniciosa. Cito de nuevo al psicólogo Maslow, que me inspira estas líneas: los buenos seres humanos necesitan, en general, de una buena sociedad donde crecer, esa que promueve el máximo desarrollo de los potenciales humanos, el máximo grado de humanidad, esa sociedad es la buena. Él en la década de los sesenta del siglo pasado pensaba que la educación a través del arte es la que posee mejores objetivos, no porque se produzcan obras de arte, sino porque ve la posibilidad de que, entendida con claridad, pueda convertirse en el paradigma para toda otra educación.

Nosotros, en pleno siglo XXI, pensamos de momento que el milagro de la creatividad mayor estriba, por ejemplo, en Cervantes para escribir El Quijote, en una enorme dosis de trabajo, disciplina, preparación, prácticas y ensayos y en desechar borradores. Eso deberían utilizar los gobiernos: imaginación para mejorar su sociedad y no para llenar sus bolsillos y empobrecer cada vez más a los cerebros inteligentes por miedo a que se amotinen algún día. No estamos tan lejos aún de la Edad Media.

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Antonio Rodríguez Jiménez
  • Antonio Rodríguez Jiménez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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