Cultura

Memoria y olvido

  • Columna de Antonio Navarro
  • Memoria y olvido
  • Antonio Navarro

Me uno a la declaración colectiva en reprobar las acciones equivocadas que está llevando a cabo el gobierno federal bajo la miopía de una camarilla de burócratas empecinados: diputados y senadores, secretarios de estado, y por supuesto, el mismísimo Presidente de la República, donde todos en conjunto aglutinan la clase dorada, la elite que goza de todo privilegio. Lo más lamentable de todo ello es que son gente improductiva; y con todo, lo están arruinando. Pues bien, con esta caterva de violencia que el mismo gobierno federal está tolerando en las calles no hace sino desatar más atrocidad. Esto no es nuevo, lo sabemos; así han manifestado hasta el cansancio varios sectores de la población: trabajadores, académicos, profesionistas, empresarios, padres de familia, diversos grupos, en fin, el clamor es total, pero tal parece que de nada ha servido toda esta demanda, pues los oídos sordos de los gobernantes lo están más por los embutidos de cerilla que infectan todo su intelecto para dejarlos como simples especímenes de vísceras flageladas. Pero hay memoria, y es cuando conviene volver la mirada al pasado para recuperar nuestra dignidad como nación. No se trata de retroceder y quedarnos en la añoranza de tiempos idos. Se trata de aprender de la historia para no repetir errores en el presente. Así por ejemplo, en el año de 1921 queda registrada en las páginas de nuestro almanaque una de las exigencias cruciales para la vida de México cuando José Vasconcelos (secretario de educación) confronta al general Álvaro Obregón, entonces presidente de la República, y le advierte: “Seamos los inspiradores de un entusiasmo cultural semejante al fervor que ayer ponía nuestra raza en las empresas de la religión y conquista. Organicemos el ejército de los educadores que sustituya al ejército de los destructores. Menos soldados, más maestros, más pensadores y artistas; menos cuarteles, más escuelas”. El presidente supo escuchar al maestro y filósofo. Fue así, como se logró un México libre, nunca antes visto, y que no se ha vuelto a repetir. “Vasconcelos decide hacer en la tierra quemada del país, una cultura mexicana de grandeza. Y trabaja con ello con un ánimo febril, exaltado, urgente. Con un ritmo revolucionario” (Sabina Berman). Si nuestros actuales políticos desean ver a un México libre y merecedor de mejores condiciones sociales, les sugiero que lean y mediten en los logros del filósofo oaxaqueño, porque Vasconcelos supo en su momento interponer la seguridad de toda una nación fincada firmemente en el humanismo. No es con las armas del poder y la fuerza como lo van a conseguir. Si tan sólo miraran, despojados de toda soberbia, el potencial humano a través de la educación y la cultura, cuenta se darán que Vasconcelos no estuvo tan errado.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.