Cultura

Luca: Mar y tierra en Italia

  • La pantalla del siglo
  • Luca: Mar y tierra en Italia
  • Annemarie Meier

Después de Soul, una historia metafísica empacada en un muestrario de estilos de animación que disfrutaron más los adultos que el púbico infantil, el estudio de animación Pixar de Disney regresa a su zona de confort ya que, al igual que en Coco adereza la historia de un niño que descubre su crecimiento y maduración con un ambiente cultural atractivo que divierte a chicos y grandes.

El protagonista Luca es un ser submarino, un híbrido entre pez y humano que cuida a un grupo de peces bebé y desespera con su curiosidad y rebeldía a su familia. Frente a la amenaza de llevarlo castigado a las profundidades del mar, Luca y su amigo Alberto huyen a un pueblo pesquero en la costa italiana. Ahí descubren no sólo la vida diaria de la población y la amistad con una niña especial sino también los spaguetti, las competencias deportivas y la escuela. Además, viven en carne propia la discriminación por ser diferentes y observan en los humanos el miedo que les provocan los desconocidos “monstruos” marinos que pueden hundir los barcos.

Dirigida por el experimentado diseñador de story board y animación Enrico Casarosa, Luca traduce en animación los saberes culturales del director, quien nació y creció en Genova, al norte de Italia. También describe de manera atractiva el ambiente del pintoresco pueblo Portorosso en el mar mediterráneo, las costumbres, comidas y pasatiempos de sus habitantes y algunos inventos italianos de los años 50 y 60 del siglo pasado como la famosa Vespa y las canciones pop. Los guiños musicales y los homenajes al cine italiano – la foto de Marcelo Mastroianni, los nombres Giulia y Gelsomina de películas de Federico Fellini – se dirigen al público adulto mientras que los espectadores infantiles se identifican con Luca, Alfredo y Giulia, quienes hacen equipo para una competencia de triatlón con bicicleta, nado y comida de spaguetti. El conflicto que atraviesa la narración es el carácter híbrido de sus protagonistas. Con la fobia que los habitantes tienen a los “monstruos marinos” es peligroso que descubran la transformación de Luca y Alfredo al contacto con el agua que los convierte en hombres-pez. El mensaje del filme es claro: Mar y tierra son partes del mismo planeta y sus criaturas necesitan aceptar la diversidad. Además de su mensaje de inclusión, el filme muestra el crecimiento y desarrollo de un niño hacia la aceptación de su transformación a adolescente.

El universo submarino con sus tonos de azul, la luz y los movimientos de las extrañas criaturas submarinas contrastan con el colorido ambiente y los sonidos del pueblo costero. Algunas imágenes son tan espectaculares que se nos olvida fijarnos en los clichés culturales con los que las animaciones de Disney suelen servirse con la cuchara grande. Las canciones empalagosas, las Vespas y los espaguetis al pesto -una salsa de albahaca típica de la región- son inventos italianos que sostienen el filme. El tipo de animación Disney convierte el mundo en una caja de juguetes para toda la familia.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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