A trece años del estreno del primer **Avatar escrito y dirigido por James Cameron (Ontario, Canadá 1954) recuerdo muy poco de su historia pero tengo grabados en mi mente los enigmáticos seres de color azul y ojos amarillos del universo paradisiaco Pandora y la fascinante sensación de volar sobre un dragón que se deja caer en abismos, atraviesa valles y sobrevuela bosques y montañas. **Avatar: El sentido del agua (Avatar: The Way of Water (2022), el segundo filme de la saga, profundiza y enriquece nuestras sensaciones al llevarnos al inmenso universo subacuático, ponernos a nadar, bucear y volar al mismo tiempo. La imaginación de James Cameron y los adelantos técnicos nos permiten pasear por el fondo del mar, bucear entre pececitos de colores y saltar con las ballenas. Conscientes de que lo que vemos y experimentamos son efectos ópticos y sonoros construidos por computadora, experimentamos la inmersión sensitiva, emocional y estética con una emoción de tipo “artefacto”.
La historia retoma los personajes y sucesos de **Avatar (2009) sin que sea realmente necesario recordar y refrescar lo que pasó en aquel filme. Lo importante: Al ser de nuevo agredidos por un mortal ejército de humanos, los pacíficos habitantes azules del idílico planeta Pandora intentan enfrentarse a los agresores. Consciente de la falta de recursos para vencerlos, el ex soldado Jack convertido en Na’vi, huye con su familia para refugiarse con los Metkayina, una tribu hermana que vive a la orilla del mar y convive con el agua y los seres subacuáticos. Es ahí dónde las tribus originarias se tienen que defender contra los invasores.
Aunque la historia que narra el filme no es especialmente original, divierte que Cameron siga nutriendo de géneros como el **Western y sus anteriores “clásicos” **Terminator, **Aliens y **El abismo. Creo que hizo bien en alejar la nueva aventura de **Avatar del esoterismo que caracterizaba la primera. Lo que, sin embargo, ya no puedo entender es el muestrario de vehículos y armas de guerra cada vez más robotizadas y poderosas con las que el ejército de los humanos y cazadores de ballenas combate a los pacíficos pueblos originarios. Los biólogos y cazadores matan a las ballenas para conseguir una sustancia médica, el ejército persigue al ex soldado rebelde y su familia como venganza y para conquistar su territorio Pandora.
En una entrevista Cameron comentó que pretendió hacer un filme en defensa de la naturaleza y la familia, temas que nutre muchas maravillosas, poéticas y tiernas secuencias del filme. También su mensaje contra el racismo y en pro de la inclusión aparece con fuerza. Lo que no encontré es su pretensión de acabar con las armas como fetiches de la sociedad y el cine estadounidense. La persecución y la guerra que los invasores libran contra las tribus originarias muestran una colección de impresionantes armas que matan nuestra ensoñación por el paraíso pacífico y el agua como elemento vital y filosófico. El desenlace de **Avatar: El sentido del agua promete aventuras fantásticas en nuevos universos.