Mientras en las salas de cine se estrena The Batman, la nueva aventura del hombre murciélago, un muy lejano heredero de Drácula que se ocupa de combatir a los malos que acechan a la sociedad estadounidense, en los cines, museos y medios de Alemania se rinde homenaje a Nosferatu. Una sinfonía del horror dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau y estrenada el 4 de marzo de 1922 en Berlín. Con proyecciones del filme silente, exposiciones y mesas de análisis se ve y discute el primer filme de vampiros dirigido por Friedrich Wilhelm Murnau y estrenado el 4 de marzo de 1922 en Berlín. El filme que ha tenido una influencia invaluable en la estética de lo fantástico, el género de horror y el arte popular ha marcado generaciones de realizadores, seguidores e investigadores del vampirismo. Batman comparte con Nosferatu únicamente el aspecto y la actividad nocturna del hombre murciélago, el no muerto que rehúye la luz diurna y se alimenta de sangre. El origen y la historia del primer vampiro cinematográfico es fascinante. Nosferatu. Eine Symphonie des Grauens, (Nosferatu. Una sinfonía de horror) se creó gracias al interés por el ocultismo del arquitecto Albin Grau y el comerciante Enrico Dieckmann quienes fundaron 1921 la productora Prana Film y reconocieron en el cine una manera de difundir sus ideas. Sin pedir los derechos de autor de la novela Drácula del irlandés Bram Stoker (1847 -1912), el guionista Henrik Galeen adaptó el texto de 1897 cambiando algunos nombres y lugares. Eso no bastó para disfrazar el plagio y la viuda de Stoker promovió y ganó un juicio según el cual los productores tenían que destruir todas las copias oficiales del filme. El filme se salvó gracias a copias pirata de la película. Sin embargo, en Alemania no tuvo una acogida favorable ya que, según se opinó, el horror en la pantalla se asemejaba demasiado al horror de los soldados que regresaban de la primera guerra mundial mutilados, y los estragos del virus de la peste española materializada en el vampiro. Los temas y la estética del expresionismo alemán que fueron una respuesta del arte a la época que se estaba viviendo, creó un discurso audiovisual impresionante cuyo carácter silente y contrastado en blanco y negro utiliza la luz, la sombra, los planos inclinados, reflejos y escenografías lúgubres para crear tensión y miedo. La imagen y el movimiento narran la historia de un protagonista y su joven esposa que atraen al conde Orloc de su castillo en los Cárpatos a Bremen donde acecha con su presencia, ataúd con tierra, sed de sangre y miles de ratas a la población. Sólo una mujer de corazón – y sangre - puros como la joven esposa, tiene el poder de salvar a la ciudad y su población. De los cientos de películas y series basadas o inspiradas en el mito y el filme de Murnau, destacan la versión que Werner Herzog realizó en 1979 con Klaus Kinski, Drácula con Bela Lugosi de Tod Browning y Karl Freund (1931), Drácula de Francis Ford Coppola (1992), Sólo los amantes sobreviven de Jim Jarmusch (2013 ) y, desde luego, los exquisitos chupasangre del cine mexicano como El vampiro de Fernando Méndez con Germán Robles (1957) y Cronos de Guillermo del Toro (1992). Como dice la voz en off del tráiler de Batman: “El miedo es un arma. Cuando la luz aparece en el cielo no sólo es una llamada sino una advertencia”.
Annemarie Meier