En esta nueva era de reformas y firmes propósitos, los derechos humanos se ven reducidos al mínimo por el gobierno federal, un gobierno ineficaz que en mensaje televisivo por inicio de año, señaló contra toda lógica, que la economía mexicana está creciendo gracias a las reformas estructurales que impulsa.
La Cultura (sic) tiene una gran responsabilidad debido a la alta rentabilidad que alcanzan los productos que muestro país elabora en el ramo de bienes inmateriales y servicios que se vinculan a ella, y para asegurar el uso eficiente de los recursos que se invierten es el reglón, el ejecutivo impulsó una reforma, más, la creación de la Secretaria de Cultura Federal, cuyo objetivo es proponer e incentivar las condiciones para que tanto la iniciativa privada como el sector público, se sumen para acelerar el desarrollo económico y social del país.
Teñido de un comercialismo insaciable, el parto de la Secretaria de Cultura, no es, por ningún lado que se le considere, un acto discutido lo suficiente, a pesar de la enorme relevancia, que la cultura concita.
Rafael Tovar y de Teresa, primer Secretario de Cultura y entusiasta felicitador presidencial, por la captura de Joaquín Guzmán Loera, olvidó de pronto que detrás de este logro federal se esconden otros pendientes: México adquirió en dólares deuda que aumentó debido al incremento en 282 millones de pesos.
Es cierto que las industrias culturales tratan de crear una marca país, pero olvida que la heterogeneidad cultural se inserta en límites definidos y es una batalla constante por la imposición de formas de concebir e interpretar al mundo que cambiarán y modificarán a partir de las herramientas interpretativas.
Nuestro país no cuenta con reglas claras para su accionarde una política cultural, de ahí, que resulta indispensable cambiar el imaginario que representa a la patria, como una mujer frondosa, morena y estoica, se precisa poner en claro un modelo de sociedad que en uso de su tiempo libre no reproduzca el triunfalismo enajenante de la televisión, herramienta de comunicación e instrumento de manipulación , que incluye, por vacíos en una ley de cultura, una pobreza artística y cultural que debe ser combatida por obstruir deliberadamente la urgencia de una auténtica imagen cultural del país.
Como era previsible, la creación de la Secretaría de Cultura, no cerró las heridas de un debate que continúa abierto pese al consenso de las fracciones parlamentarias, a favor de considerar como claramente primordial: el papel de la multicitada, nueva secretaria, cuyo activismo no debería quedar alrededor de sustituir una conjunto de organismos desconcentrados, que la opinión pública ha mostrado como incapaces a reserva de realizar, un análisis más cuidadoso de todo el proceso de diseño y cambio institucional que la gestación de la nueva secretaria, que está atravesada por conflictos de asimetrías de poder, y televisa es un factor dominante, en el sector de las telecomunicaciones.
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