Espectáculos

Mariguana en 'La rosa de Guadalupe'

No entiendo a la gente que ataca a La rosa de Guadalupe en las redes sociales.

O se sienten superiores, o no la ven o sus capítulos les mueven cosas muy profundas que se esconden en el insulto como mecanismo de defensa.

Pero estamos ante uno de los mejores programas de televisión abierta/privada de toda América Latina y el episodio que se transmitió el martes 29 de marzo nos lo acaba de demostrar.

Espero que usted también lo haya visto y si no, corra a buscarlo en las diferentes plataformas que tiene Televisa, porque es nota incluso para mis colegas de la fuente política.

¿Sabe usted a qué estuvo dedicado? A la legalización de la mariguana en México.

Fíjese nada más lo que le estoy diciendo: La rosa de Guadalupe se atrevió a meterse con uno de los temas más delicados y más del momento de toda nuestra nación.

¿Cuántos programas dizque de análisis político son capaces de hacer esto? ¿Cuántos de revista, de espectáculos, de lo que sea?

Lo que vimos sí fue muy valiente por parte de la producción de Miguel Ángel Herros, pero fue todavía más revelador de la cobardía de otros espacios.

¿Pero sabe qué fue lo mejor? Que se trató de un capítulo admirablemente profesional, bien producido, bien escrito, bien dirigido, bien actuado.

Si yo fuera un joven mexicano, en lugar de atacar a La rosa de Guadalupe en las redes sociales, le daría las gracias por poner esta clase de temas en la mesa y por hacerlo bien.

¿Pero qué fue concretamente lo que vimos? ¿Qué tuvo de especial?

Antecedentes: La rosa de Guadalupe es un teleteatro didáctico de la televisión abierta privada nacional hecho con poco presupuesto, pero con la mejor de las intenciones.

Sí es importante aclarar este punto porque muchas personas, en una suerte de ignorancia combinada con rencor hacia la marca Televisa, suponen que esto debería ser como Naruto, Game of Thrones o Descendientes del sol.

Y pues no, con la pena, pero es otra ventana, otro formato, otro género, otras capacidades económicas y otros objetivos sociales.

Dentro de lo que debe ser un teleteatro didáctico de la televisión abierta privada de cualquier país, La rosa de Guadalupe es una joya porque, además, está perfectamente bien perfilada para un público de chicos de 12 años en adelante que es el que más posibilidades tiene de estar viendo esa plataforma a esa hora.

Ahora sí, hablemos de este episodio titulado "Es ilegal" que narró las aventuras de dos muchachas de secundaria que, por diferentes cuestiones, terminan consumiendo mariguana.

Por supuesto que no le voy a contar el capítulo, porque usted lo tiene que ver pero para mí es un video fundamental porque aborda este tema desde todas las perspectivas positivas y negativas para que sea el público el que saque sus propias conclusiones.

Ojo con lo que le estoy diciendo porque para esta emisión, como para cualquier otra, hubiera sido muy fácil y hasta estratégico tomar una posición políticamente correcta o moralista.

Pero no, se aventaron a poner, al mismo tiempo, el caso de éxito de una señora con artritis que gracias al té de mariguana mejoró su calidad de vida, el del consumo de esta planta solo por diversión y la comparación contra los efectos del cigarro y el alcohol, entre muchas otras cuestiones.

Y hubo algo que estuvo genial, La rosa de Guadalupe hizo clic con las inquietudes de los adolescentes de hoy al combinar esto con la importancia que las nuevas generaciones le están dando a las redes sociales y con los nuevos esquemas familiares.

Usted sabe, padres divorciados, familiares de mente abierta que consumen mariguana delante de sus hijos y más, mucho más.

Esto se traduce en una mejor comunicación con las audiencias. Esto es un cañonazo.

Y antes de que aparezca alguien en el Twitter que, tal vez sin leer completa esta columna, acuse a La rosa de Guadalupe de haber hecho una apología de la drogadicción, le tengo que aclarar varias cosas.

Primero, si usted revisa con lupa cada una de las imágenes de ese capítulo, jamás encontrará algo indebido. ¡Jamás!

Cada frase, cada gesto y cada toma está cuidada al límite. ¡Mis respetos!

Y segundo, la estructura dramática de este episodio creado por Carlos Mercado Acuña, José Raúl Tirado y Rigoberto Montijo Cataño bajo la asesoría de Bertha Ruiz es tan inteligente que nunca cae en la promoción. ¡Nunca!

Analice, por favor, esos juegos de tiempos y movimientos, la colocación de cada golpe dramático, el epílogo. ¡Analícelo!

¡Es grande! La rosa de Guadalupe es grande y a mí me llena de orgullo que en una ventana tan desprestigiada como la de la televisión abierta privada nacional podamos contar con esta clase de ejercicios.

¡Felicidades, señores! ¡Así es como se deben hacer las cosas!

Y usted, por lo que más quiera, busque este programa y discútalo. Vale la pena. ¿A poco no?


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
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  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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