Los mexicanos somos muy malos para “vender” nuestras películas. Seguimos instalados en la época de oro de las telenovelas, insistimos en el sentimentalismo. Nos quedamos atrás.
Y ni le digo lo que sucede cuando hablamos de cine cómico porque entonces sí lloramos.
Por eso, cuando las audiencias llegan a las salas cinematográficas, los comentarios más frecuentes son: “yo no me esperaba esto”, “no es tan chafa como parecía” y “la publicidad decía otra cosa”.
¿Por qué le comento esto? Porque hoy se estrena “Los dos hemisferios de Lucca” en Netflix y tengo serios conflictos con la publicidad.
Cuando uno ve los carteles, ¿en qué piensa? En la típica película sobre discapacidad de toda la vida.
¿Eso es malo? No, pero la limita. Hace que muchísimas personas no la vean como lo que realmente es: la historia de una Erin Brockovich latinoamericana.
¿A usted no le encantó “Erin Brockovich”? ¡Julia Roberts ganó el Oscar dándole vida a ese personaje!
¿Qué tiene la Erin Brockovich de “Los dos hemisferios de Lucca” que no tenga la de Julia Roberts? Que en lugar de ser abogada, es periodista y lo más importante de todo: nuestros valores.
Ésta es la historia de una mujer que luchó contra la corrupción, que luchó contra el sistema, que se jugó el todo por el todo para ayudar a los más necesitados.
Ésta es la historia de una madre de familia amorosísima que lo dio todo por sus hijos, que lo dio todo por su familia, que lo dio todo por su país. ¿Le sigo?
Cuando tuve el privilegio de ver completo este material dije: esto es lo que las mamás tienen que ver, esto es lo que las mujeres necesitan compartir, esto es lo que muchas familias, en el mundo entero, deben saber.
No tengo bola de cristal, pero estoy convencido de que le va a ir increíble no sólo en los conteos mexicanos. “Los dos hemisferios de Lucca” se va a convertir en un cañonazo global.
Y, lo más hermoso, será la punta de lanza para que muchas mamás (y papás) se empoderen, para que muchas personas con discapacidad se atiendan y para que una nueva herramienta de salud llegue a más rincones del planeta.
De mí se acuerda: cuando vean esto en otros países van a mandar llamar a nuestra “Erin Brockovich”, a su médico en La India y a su equipo en México.
“Los dos hemisferios de Lucca” le va a hacer mucho bien al mundo y eso me llena de una satisfacción infinita como mexicano, como crítico y como alguien que tiene el honor de conocer a su autora, a quien vivió esta historia: Bárbara Anderson.
Ojalá que después del éxito que esta película va a tener me siga hablando porque aquí van a pasar muchas cosas buenas. Netflix va a ser la primera en encargarse de eso.
“Los dos hemisferios de Lucca” nació para ser contada por Netflix. Es una producción bicultural entre México y la India estelarizada por Bárbara Mori y Juan Pablo Medina, y dirigida por la ganadora del Ariel, Mariana Chenillo, a quien tengo el gusto de admirar desde los tiempos de la serie “Soy tu fan”.
Hacer una película siempre es complicado. Hacerla en dos países con contextos tan diferentes, dirigiendo niños, dirigiendo niños con parálisis cerebral, créame, es algo que se merece un aplauso de pie.
Yo le quiero dar las gracias públicamente a Bárbara Mori, una vez más, porque una figura de su categoría, al haber aceptado un proyecto así, permite que esta película llegue a instancias mucho muy superiores.
La señora Mori venía de hacer otro tipo de cine, estaba encaminando su carrera hacia otra clase de contenidos.
Fue una gran decisión haber aceptado “Los dos hemisferios de Lucca” porque nos permite ver en ella un lado humano francamente admirable y porque como actriz, como actriz de su generación, nos permite verla brillar haciendo cosas extraordinarias.
Si Julia Roberts ganó el Oscar por “Erin Brockovich”, Bárbara Mori merece, mínimo, el Emmy Internacional por su trabajo en “Los dos hemisferios de Lucca”.
Juan Pablo es un rey que manda mensajes fundamentales sobre la paternidad, las nuevas masculinidades y el cambio de narrativas para las personas con discapacidad.
Verlo caminar descalzo por las calles de La India “jugando” en perfecto equilibro con el trabajo de Bárbara Mori es un acontecimiento.
Sale medio México: Ari Brickman, Hernán Mendoza, Guillermo Quintanilla… Pero yo tendría que ser el peor de los periodistas si no celebrara el trabajo de Julián Tello.
Imagínese usted ser un niño con parálisis cerebral interpretando a otro niño con parálisis cerebral, separando lo que es él para darle vida al personaje de Lucca, con su psicología, con sus conflictos. ¿Así o más admirable?
Luche con todas sus fuerzas por ver a partir de hoy viernes 31 de enero “Los dos hemisferios de Lucca” en Netflix. No se pierda los créditos finales. Hay varias sorpresas. Le va a gustar. De veras que sí.