
Decepcionado. Me siento profundamente decepcionado de la segunda temporada de “La casa de los famosos” que desde la semana pasada se está transmitiendo por el canal de paga Telemundo Internacional.
¿Por qué? Porque para mí Telemundo era una marca de vanguardia, un espacio se apostaba por otros estándares de calidad, una marca donde se cambiaba la historia de la televisión.
“La casa de los famosos” es un error lamentable, un retroceso imperdonable, un acto de desesperación.
Y es que, no nos hagamos tontos, estos contenidos son como las drogas: se venden fácil.
El “pequeño” detalle es que no estamos hablando de narcotráfico. Estamos hablando de televisión. Hay que trabajar, construir audiencias y, lo más importante, ser responsables.
“La casa de los famosos” es un “reality show” donde equis número de celebridades son encerradas en una residencia llena de cámara y obligadas a competir en cualquier cantidad de dinámicas mientras el público las expulsa o las salva hasta llegar a un primer lugar.
La gracia de que sean figuras públicas es que los espectadores no están acostumbrados a verlas en la intimidad y que tarde o temprano estas personalidades van contando chismes.
No hay manera de ver a esas mujeres y a esos hombres en ropa interior, sin maquillaje, emborrachándose, besándose, llorando e intrigando, y no quedarse pegado al monitor.
Por tanto, es un éxito de “rating”. Los conductores son Héctor Sandarti y Jimena Gallego. Entre los famosos que están participando en esta temporada destacan Niurka Marcos, Laura Bozzo, Osvaldo Ríos, Salvador Zerboni e Ivonne Montero.
“La casa de los famosos” es un “chiste” que se cuenta solo. El formato no es viejo, es viejísimo, de una época donde todavía existía la privacidad, cuando no había redes sociales.
Las personalidades que participan, que se merecen todo nuestro respeto, son mujeres y hombres como de otro tiempo, figuras que le dicen muy poco a las nuevas generaciones.
La parte horrible es que no se están premiando el talento. Se está celebrando el escándalo, la estridencia, la traición.
Yo no creo que enseñarles a las multitudes que para triunfar hay que hacer lo que estos “ídolos” hacen en este programa sea algo positivo.
No es una cuestión de buen o de mal gusto. Es que este tipo de televisión era tan mala y estaba tan superada por el tiempo y el espacio que hasta se hicieron parodias como “Isla del drama”.
No estamos hablando de algo de 2021. “Isla del drama” es de hace 14 años. ¡Tantita vergüenza, por favor!
¿Pero quiere que le diga lo que verdaderamente me ofende de este lanzamiento? Su miseria.
Espero que le estén pagando muchos miles de dólares a cada uno de los participantes porque cuando uno mira las transmisiones la pobreza brota de las paredes.
Cualquier “reality show” de cualquier canal latinoamericano con problemas económicos se ve mil veces mejor que esta baratija.
Todo es pobre en “La casa de los famosos”: el escenario de la gala, la residencia, las fiestas, las dinámicas.
Perdón, pero uno no paga el cable o la antena para ver miserias. ¡Es Telemundo!
¿Ahora entiende cuando le digo que me siento decepcionado? ¿Usted qué piensa de lo nuevo de “La casa de los famosos”? ¿Le gusta? ¿Vale lo que usted está pagando?
Álvaro Cueva