Los programas cómicos de Las Estrellas siguen dando nota. ¿No me cree? Aquí le tengo dos ejemplos bastante claros:
40 y 20
La noche del martes pasado vimos a Emilio Azcárraga en esta producción de Gustavo Loza.
¿Cuál es la nota? La gigantesca cantidad de mensajes que esto manda al exterior e interior de Televisa.
No es común que los presidentes de las televisoras de México o de cualquier otra parte del mundo salgan a cuadro, mucho menos actuando y muchísimo menos actuando en un programa cómico.
Emilio Azcárraga, a quien ya habíamos visto participando en emisiones como La familia P. Luche, lo acaba de volver a hacer y no en una, en varias escenas.
¿Qué tiene esto de relevante? Primero, que nos habla de un tipo de empresario diferente, relajado, humilde, divertido, capaz de burlarse de si mismo.
Y es que, como usted pudo observar, fue un episodio muy “terapéutico” donde se jugó con la pasión que puede generar un equipo como el América.
Segundo, que el señor está rompiendo las barreras socioeconómicas.
Nos está diciendo que él es como usted, como yo, que a él le apasiona lo mismo que a usted, que a mí, como el futbol, como la televisión misma.
Esto es un cañonazo en término de comunicación corporativa, de relaciones públicas, pero también de comercialización.
¿Qué anunciante no va a querer participar en una pantalla donde hasta el dueño de la empresa se involucra?
Y tercero, al prestarse para esta participación, Emilio Azcárraga está demostrando con hechos que le importan sus contenidos, que los mira, que está al tanto de lo que pasa en sus canales.
Al ojo del amo engorda el caballo, ¿verdad? Bueno, pues más claro ni el agua. ¿O usted qué opina?
Edgar Vivar
Cada vez que llega un final de temporada de Vecinos hay nota. Que si por la historia, que si por los resultados, que si por los chismes.
El domingo pasado no fue la excepción. ¡Qué final tan más grandioso! Silvia (Mayrín Villanueva) y Luis (Darío Ripoll) tuvieron a su bebé, le pusieron Luis y comenzaron nuevos enredos.
Esto fue un cañonazo a nivel rating, a nivel opinión pública y, por supuesto, empezaron a circular cualquier cantidad de especulaciones exactamente de la misma manera como ocurre con las series de Marvel o de Star Wars.
¿Qué significa esto? Que Vecinos importa, que Vecinos involucra, que Vecinos es un éxito.
Yo no me meto con chismes, pero hay un punto que no puedo dejar de mencionar porque fue construido con particular talento: la participación de Edgar Vivar en una escena postcréditos de ese capítulo y no sólo eso, haciendo referencia a El Chavo.
¿A qué me refiero cuando digo que esto fue construido con particular talento?
A que no había manera de ver eso y de no echar a volar la imaginación. ¿Será que Edgar Vivar se integra a la serie en su próxima temporada? ¿Sustituyendo a alguien o sumándose al proyecto?
¿En calidad de qué lo va a hacer? ¿De personaje vinculado a la vecindad de El Chavo? ¿A Ñoño o al Señor Barriga?
Y a lo mejor no. A lo mejor sólo fue una ocurrencia de la producción para darle sabor al caldo. A lo mejor fue un homenaje a don Edgar, que se merece eso y más, o un reconocimiento a la clara relación que hay entre Vecinos y la obra de Chespirito.
¿Ahora entiende cuando le digo que cada vez que llega un final de temporada de Vecinos hay nota? ¡Felicidades! Aquello fue hermoso. ¿A poco no?
