A pocas compañías quiero y admiro tanto en el mundo como a Discovery.
Estos señores se toman muy en serio su papel como parte de la industria de la televisión, como parte de la humanidad entera.
Y a las pruebas me remito: seguramente usted, como millones de personas en el mundo, ha visto, en las últimas semanas, sus grandiosos programas especiales sobre el covid-19.
Si no, luche por mirarlos ya. El canal Discovery los está estrenando y repitiendo constantemente y hasta los tiene gratis en su página de internet.
¿Por qué le insisto tanto en que interrumpa su cuarentena, en que se deje de distraer con tantas cosas tan buenas que seguramente está sintonizando en estos días de encierro, para voltear acá?
Porque esto ya no se trata solo de televisión, es una obligación de vida. Es algo que tienen que ver inmediatamente todas las familias de los cinco continentes.
¿Sí se da cuenta de lo que le acabo de decir? Familias. Los programas especiales de Discovery sobre el coronavirus son 100 por ciento familiares, serios, profesionales.
Nada qué ver con las porquerías sensacionalistas que nos llegan por todos lados, con los reportes irresponsables de decenas de pseudoperiodistas ni con el oportunismo político que un montón de instancias le están inyectando a esta tragedia.
Sí, yo sé que en México y en muchos otros países se están haciendo cualquier cantidad de producciones extraordinarias sobre el covid-19, pero casi todas son improvisadas, muy del día a día, a veces, solo para aparentar un compromiso que no existe.
Lo de Discovery, no. Esto es de verdad. ¿Ahora entiende por qué los quiero y los admiro tanto?
Para la gente de esta importante corporación, hubiera sido muy fácil entrar en pánico y preocuparse más por la parte económica que por la mediática. Pero no.
En cuanto sus ejecutivos se enteraron de la pandemia, se movieron como locos, consiguieron la mejor información, los mejores testimonios y mandaron a los mejores realizadores a grabar lo que nadie más había grabado, en el lugar de los hechos.
El resultado fue una primera gran joya titulada Coronavirus: cómo comenzó todo.
No hay manera de ver este material y de no entender la magnitud del problema, de no dejar de perder el tiempo con fake news y de no tomar precauciones.
Se necesita mucho valor y mucha vocación periodística para generar un contenido así, con tan poco tiempo, en medio de la pandemia. ¡Gracias, Discovery!
Pero espérese, esta historia no termina aquí. El miércoles pasado, Discovery estrenó otro programa más: Covid-19: pandemia 2020.
No sabe usted qué maravilla. Esto es otro asunto, otra historia, la de la pandemia.
Obviamente el acento está puesto en Estados Unidos porque Discovery es una empresa estadounidense, pero, igual, es una propuesta que hay que ver porque aplica para cualquier país, para el nuestro.
En este magnífico concepto están las claves de lo que sucedió, de lo que está pasando y de lo que podría pasar con esta enfermedad.
¡Imperdible! Punto. Reto a cualquier televisora mexicana a que haga un programa la mitad de bueno que éste.
¿Ya la cayó el veinte de la importancia de estas producciones especiales? En la cárcel y en la cama se conoce a los amigos. Discovery ha resultado ser una gran amiga. ¿A poco no?