Hoy martes 16 de julio se estrena en la plataforma Universal+ la miniserie “Apples Never Fall” y si lo suyo, como lo mío, es la televisión premium, algo me dice que la amará con locura.
Antecedentes: ¿se acuerda usted de “Big Little Lies”? Fue una miniserie que gustó tanto que, a petición del público, se convirtió en serie.
Todo Hollywood estaba ahí. Desde Nicole Kidman hasta Zoë Kravitz pasando por Reese Whitersppon, Laura Dern y Meryl Streep.
Era una historia de mujeres, misterios y denuncia inspirada en una magnífica novela de Liane Moriarty. Esta mujer nació para escribir. Punto.
¡Pues qué cree! Doña Liane, en perfecta concordancia con “Big Little Lies” escribió “Apples Never Fall”. Es ese mismo tono lleno de secretos, crímenes y cosas peores, en un irresistible ambiente de gente “bien”, que a muchos nos encanta.
Y si “Big Little Lies” tuvo un reparto de lujo, “Apples Never Fall” no se podía quedar atrás.
Aquí tenemos una fantástica conjunción de primeras figuras de diferentes generaciones como Annette Bening, Sam Neill, Alison Brie, Georgia Flood y Jake Lacy por mencionar sólo a unos cuantos.
Sí es una experiencia imperdible para gente exigente que está dispuesta a sentarse a gozar con un contenido serio que, como los mejor del mundo, requiere de atención total.
¿Por qué? Porque la historia se cuenta en dos tiempos pero, además, porque todo está lleno de detalles que ayudan a que uno participe y sepa qué fue lo que pasó y, lo más emocionante: quién lo hizo.
Luche con todas sus fuerzas por ver ya, pero ya, “Apples Never Fall” en la plataforma Universal+. Le va a gustar. De veras que sí.
HISTÓRICO
Está pasando algo histórico en el Teatro de los Insurgentes: “Cabaret”. ¿Se acuerda que le escribí de este prodigioso musical cuando se estrenó?
Pues ahora hay una razón más para correr a verlo: Cassandra Sánchez Navarro.

Como seguramente usted sabe, Cassandra está interpretando a Sally Bowles, uno de los personajes más importantes de toda la historia del teatro musical.
¿Cómo lo está haciendo? Increíble. ¿Por qué? Porque ella no está imitando a ninguna de las diosas del espectáculo que le han dado vida a esa mujer.
Cassandra tomó a Sally, se la comió y haga de cuenta que su cuerpo hizo reacción y que de su alma salió un monstruo que conecta con el público pero por otro lado.
Duele, conmueve, excita, sacude. Pero es otro dolor, otra emoción, otra excitación, otra sacudida.
La Sally de Cassandra no es mejor o peor que la de nadie. Es su Sally y la noche que la fui a ver sentí que me decía cosas nuevas.
¿Sabe usted lo que es que una obra vista tantísimas veces, en tantísimas versiones con tantísimas estrellas sea capaz de decir cosas nuevas gracias al talento de un actriz?
Es un acontecimiento histórico. Hasta hace muy pocos años, si algo así hubiera pasado en los escenarios, medio México se le hubiera echado encima al director Mauricio García Lozano.
Imagínese usted qué vergüenza. ¡Ahora resulta que las actrices se le trepan a los directores y hacen lo que se les da la gana!
Hoy es otra cosa. Que Mauricio le permita a sus actrices crear su propia versión de personajes tan sagrados manda poderosos mensajes de humildad, de generosidad pero, sobre todo, de amor.
Hay que amar mucho al teatro para ser tan bueno y este “Cabaret” es buenísimo. Es amor.
Me pasó lo mismo con Gustavo Egelhaaf interpretando a Clifford. A mí no me había tocado él. Es excelente.
Cada actor haciendo cada personaje en cada función es como un instrumento musical tocado por un músico diferente en cada concierto.
Nunca suena igual pero siempre es maravilloso. Ahí está la magia de la experiencia artística.
El “Cabaret” que tenemos ahora en el Teatro de los Insurgentes es eso: una experiencia artística, una experiencia artística de verdad.
Esto se opone al teatro corporativo, a las franquicias, a eso tan mecánico que tanto nos han estado vendiendo en los últimos años. Es volver a la creatividad. Es volver a la creación. Y se siente muy bien.
¡Bravo, Cassandra! ¡Bravo, Gustavo! ¡Bravo a todos los que están! ¡A los que entran! ¡A los que salen! ¡Bravo!
Interrumpa cualquier cosa que esté haciendo y váyase a ver “Cabaret” al Teatro de los Insurgentes. Se divertirá muchísimo, pero crecerá más.