México se está convirtiendo en el objetivo principal del tenis de élite femenil y eso hay que aprovecharlo.
Esta semana se anunció el Abierto de Tampico y próximamente se hará lo mismo con el Abierto de Puerto Vallarta, dos eventos que están dentro del circuito de la WTA.
Estos dos torneos de nivel WTA 125 se suman al Abierto de Zapopan y al Abierto GNP Seguros de Monterrey, certámenes de categoría WTA 250, sin contar los eventos del circuito profesional de la ITF que durante el año se juegan en distintas partes del País.
Esto nos demuestra dos cosas, una el poder de negociación que los organizadores mexicanos de torneos tienen con el circuito femenil, y otra que México se ha convertido en un gran atractivo para el mismo circuito por la respuesta que los aficionados han demostrado después de la pandemia.
Pero además deja un compromiso muy grande para las autoridades del deporte blanco en México y sobre todo los encargados del desarrollo de este deporte, empezando con los entrenadores, que se “conforman” con cobrar sus clases particulares y ser simples espectadores de lo que sucede en “su” deporte.
Y es que no puede ser posible que siendo México sede de este tipo de eventos de élite no contemos con una jugadora ubicada entre las mejores del ranking mundial.
Por el lado del organizador, queda más que demostrado que están aprovechando la rentabilidad del mercado, pues el aficionado mexicano es un consumidor de eventos deportivos a todos los niveles y en muchos deportes.
Y así se demuestra con la Fórmula Uno, los partidos de NBA, NFL y Grandes Ligas, sin contar con la liga de futbol profesional mexicana que cada fin de semana abarrota los distintos estadios en el país.
En el tenis en específico, también tenemos todos los torneos que el circuito varonil de la ATP tienen en nuestro país, encabezados por el Abierto Mexicano de Acapulco.
Estos eventos dejan muchos beneficios en cuanto a imagen, pues los deportistas comunican al mundo la calidez del aficionado mexicano y la cultura en general y los valores que nos representan.
Los eventos de tenis en México están manos de gente profesional que realmente ama el deporte y quiere hacer cosas exepcionales en el país, somos afortunados de que haya empresarios en la industria que apuestan por esto.
El problema radica en el poco aprovechamiento que queda de esta tendencia, pues los que deberían de utilizar el momento son unos simples espectadores que sólo se dedican a pelotear socios de los clubes.
Esperemos que el esfuerzo que los organizadores de torneos están haciendo sea congruente con lo que se hace en el día a día en una cancha de tenis y no tengamos que esperar mucho tiempo para ver a una o un mexicano en la élite del tenis mundial.