En esta entidad es notorio el ausentismo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), organismo que debiera ser autónomo para proteger y defender los derechos en el estado, sin embargo esto no ha ocurrido.
Cabe mencionar que en todo un año de “trabajo”, sólo realizaron 7 recomendaciones, contando con un presupuesto de casi 39 millones, es decir, cada recomendación nos costó más de 5 millones 571 mil pesos.
La tendencia no cambia, en 2017, fueron 8 y en 2018 sólo fueron 4 recomendaciones. Esto significa que Hidalgo es un paraíso en favor de los derechos humanos, o la CDHEH “tiene otros datos y vive otra realidad”.
Como lo he mencionado en otras columnas, tal vez es el momento de replantearnos el funcionamiento de los organismos de derechos humanos, porque o no cuentan con las herramientas legales para realmente ser un límite y un dique al poder del Estado, o por acuerdos de las élites políticas negocian esos espacios para ser comparsas del poder, con la mirada desviada, observando otra realidad.
Tan sólo, en su último informe presumieron como grandes acciones para prevenir -según ellos-, la violación de derechos humanos, la realización de teatro guiñol y cine debate a las y los niños de entre 4 a 8 años. Y como si fueran salas de cine, el dato que dieron es de 175 presentaciones dirigidas a 11 mil 899 niños.
Sólo se les olvido algo, las y los niños no violan derechos humanos, al contrario, son potenciales víctimas de que se vulneren sus derechos, y ahora hasta con el aval del organismo que dice defender los mismos.
Casualmente les quieren hablar de derechos humanos a las y los niños, pero por otro lado, la CDHEH da su visto bueno para la implementación de la operación mochila, una acción que vulnera y transgrede los derechos humanos de las infancias.
Bajo el contexto de inseguridad que se vive en el estado, aunado a la marginación, pobreza y desigualdad, pretender que estamos avanzando en materia de derechos humanos, es querer tapar el sol con un cabello.
Twitter: @alfreduam