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Los bancos centrales están ahora “en el final del juego”

  • Columna de Alejandro Gómez Tamez
  • Los bancos centrales están ahora “en el final del juego”
  • Alejandro Gómez Tamez

Desde hace varios años es común leer artículos, escritos por amateurs y por verdaderos profesionales, que anticipan el colapso del dólar estadounidense derivado del impresionante ritmo de crecimiento de la oferta monetaria en el vecino del norte, la cual no tiene absolutamente ningún respaldo.

La aparición de este tipo de opiniones se aceleró después de la crisis financiera de 2018 y ahora es materia de análisis prácticamente todos los días, tras el incremento de la cantidad de dólares en circulación derivado de la crisis económica causada por las decisiones que se tomaron ante la pandemia del Covid-19.

Para ilustrar lo anterior, tenemos que de acuerdo con el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el agregado monetario M2 era de 1.591 billones de dólares en noviembre de 1980 y llegó hasta 8.004 billones en octubre de 2008, el dato más reciente es que M2 fue de 20.39 billones de dólares en junio de 2021.

Esto demuestra que tuvieron que pasar 28 años para que M2 aumentara en 6.413 billones de pesos, pero sólo tuvieron que pasar poco menos de 13 años para que M2 aumentara en 12.385 billones de dólares. Llama particularmente la atención ver que entre marzo de 2020 y junio de 2021 M2 en EEUU creció en 4.561 billones de dólares. ¿Qué es lo que ampara el incremento indiscriminado de dólares (M2 son los billetes, monedas y depósitos a la vista y a plazo)? Absolutamente nada, más la creencia de las personas de que esos billetes verdes sirven para comprar bienes y servicios.

Con esto en mente, me gustaría hacer mención de un artículo de Egon von Greyerz que leí la semana que termina. Dicha entrega fue publicada por el portal GoldSwitzerland.com y se titula “Los bancos centrales están ahora en el final del juego”. En él se hace una advertencia respecto de a dónde se dirige el sistema monetario actual, de acuerdo a la forma cómo se han comportado los bancos centrales de los países desarrollados después de la crisis financiera de 2008 y la crisis económica ocasionada por el Covid-19.

Ahora en día, en los Estados Unidos se registran las mayores burbujas de precios de activos de la historia. La razón de esas burbujas es evidente al mirar cómo crecen de manera desenfrenada los balances de los bancos centrales, que ahora está siendo exponencial, como lo mencioné en el segundo párrafo de esta entrega. Desde antes de que comenzara la Gran Crisis Financiera, en 2006, los balances de los cuatro mayores bancos centrales a nivel mundial se han multiplicado por seis. Dado que la crisis se aceleró en 2019, ¡el crecimiento ahora es EXPLOSIVO!

Pero no son solo los bancos centrales los que provocan burbujas. Porque el mundo entero se ha convertido en una burbuja: Se necesitaron 2000 años para alcanzar una deuda global de $100 billones de dólares y la mayor parte se ha acumulado desde 1971. Luego, 50 años después, la deuda global se triplicó a $300 billones de dólares.

Egon von Greyerz proyecta $2 trillones o más de deuda en los próximos 4-9 años. Suena enorme y sensacional, pero las matemáticas son simples. Si sumamos el saldo actual de deuda, más los pasivos no financiados de al menos $200 billones a nivel mundial, más el saldo de instrumentos financieros derivados totales de al menos $1.5 trillones, eso nos lleva a $2 trillones de dólares de deuda a nivel global.

A medida que la burbuja de los instrumentos financieros derivados explote, o más bien implosione, en los próximos años, cuando lleguemos al final de los tiempos en el concepto de banco central como ahora lo conocemos, todo ese dinero tendrá que ser impreso por los bancos centrales en un intento final e inútil de salvar el sistema financiero.

Así pues, el 15 de agosto de 1971 fue el comienzo del fin de la era económica y el sistema monetario actuales. La Gran Crisis Financiera de 2008 fue el comienzo del Fin del Fin.

En agosto de 2019, cuando los bancos centrales entraron en pánico y declararon que harían lo que fuera necesario para salvar el sistema, comenzó la etapa final del final.

De acuerdo al autor esta etapa final y el final del juego de nuestro sistema monetario actual terminará entre 2025 y 2030. Sin embargo, es verdad que el final de una era económica importante es, por supuesto, imposible de pronosticar. Normalmente las cosas tardan más de lo esperado. Pero una vez que inicia el final del banco central con problemas hiperinflacionarios (seguido de una implosión deprimente), las cosas normalmente suceden muy rápido. Los períodos hiperinflacionarios suelen ser de 2 a 4 años.

Veremos qué sucede, por alguna razón este tema lo vemos cada vez más en las columnas de análisis económico.

[email protected]

@alejandrogomezt

* Director general gaeap



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