En estas fiestas es fácil olvidarnos de lo que realmente importa: pasar tiempo de calidad con la gente que queremos. Hoy quiero recordarte lo valioso que es cada momento con nuestros amigos y familiares. A veces no sabemos que un simple abrazo puede ser la última vez que veamos a alguien.
Las fiestas son una oportunidad única para reunirnos con aquellos que no vemos con frecuencia. Hay familias que reciben visitas de otras partes de México y del mundo, y muchos de ustedes que viajan para compartir unos días con sus familiares. Esos esfuerzos económicos y de logística deben ser vistos con agradecimiento; una forma de mostrarlo es con atención plena en los momentos compartidos. En lugar de permitir que las distracciones, como los teléfonos móviles, nos alejen de estos valiosos instantes deberíamos esforzarnos por estar plenamente presentes. Escuchar, compartir, reír y, sobre todo, abrazar. Estos momentos son los que construyen recuerdos duraderos.
Estas fechas también pueden ser una fuente de estrés para aquellos que luchan contra la dismorfia corporal o inseguridades similares. Los comentarios, incluso los bienintencionados, sobre el peso o la apariencia física pueden ser profundamente hirientes. Seamos conscientes de nuestras palabras, optando por elogios que no se centren en lo físico, sino en las cualidades internas de las personas.
Esta anécdota de una paciente me conmovió mucho: fue diagnosticada con cáncer de esófago semanas previas a Navidad y, por ello, había sufrido una pérdida de peso rápida; para no preocupar a su familia no comentó sobre su diagnóstico, sólo lo sabían sus papás. El día de Navidad, sus familiares la felicitaban por su cambio de peso y le pedían “la receta mágica” para imitarlo, lo que la hizo romper en llanto develando su diagnóstico. Una regla de las reuniones familiares debería ser no hablar sobre el cuerpo de otras personas, te recomiendo implementarla en casa.
Uno de los mejores consejos para estas fechas, es que las inmortalices en fotografías. Piensa en estas fotos como ventanas al pasado o tesoros que adquieren un valor incalculable con el tiempo. Invita a todos a participar en ellas, independientemente de sus inseguridades o temores, ayúdalos a sentirse cómodos. En especial cuando tenemos familia de edad mayor, estas imágenes podrían ser el último recuerdo tangible que tengamos de ellos. Hacer que todos se sientan incluidos y valorados en estos momentos puede ser el regalo más significativo que les ofrezcamos.
No importa cuántos años tengamos, todos esperamos con ilusión estas fechas. Son días especiales en los que la oportunidad de convivir cobra un significado especial. Está comprobado que las conexiones sociales y familiares no solo nos llenan de alegría, sino que también son clave para vivir más y mejor. Por eso es esencial que disfrutemos al máximo las risas compartidas, las conversaciones y los pequeños gestos de cariño. Estos días son un recordatorio de lo que verdaderamente importa en la vida: las personas con las que elegimos compartirla.
Por último, abraza con todas tus fuerzas a quienes amas. Es una realidad: nunca sabes en qué abrazo te estarás despidiendo de alguien, entonces aprovecha estas reuniones en las que puedes convivir con aquellos que no frecuentas para hacerles saber que son queridos. Haz un esfuerzo consciente para estar presente, ser empático y crear recuerdos. Lo más valioso no son los regalos bajo el árbol, sino las personas que lo rodean.
