
En los países latinoamericanos, los meses de invierno suelen ser la excusa perfecta para dejar de lado las rutinas de ejercicio. Acostumbrados a climas más cálidos, la llegada del frío parece ser un gran obstáculo para continuar con nuestras actividades físicas habituales.
Sin embargo, como lo señala el dicho, que se atribuye a los noruegos —expertos en lidiar con climas extremos—, "no hay mal clima, solo ropa inadecuada". Esto es un recordatorio de que, con la preparación adecuada y un cambio de perspectiva, el invierno no tiene por qué ser un freno para nuestra actividad física. De hecho, puede ser una excelente oportunidad para descubrir nuevas maneras de mantenernos activos y saludables.
Contrario a lo que muchos creen, no nos enfermamos simplemente por el hecho de que hace frío; este es un mito que debe ser desmentido. En realidad, el ejercicio regular durante los meses de invierno tiene un efecto positivo y significativo en nuestro sistema inmunológico.
Estudios recientes han demostrado que quienes se mantienen activos físicamente en esta temporada invernal tienden a enfermarse menos porque tienen una mejor salud cardiorrespiratoria, algo que es útil cuando llega un virus a nuestro cuerpo para combatirlo mejor.
Por tanto, hacer ejercicio en épocas navideñas no solo nos ayuda a prevenir enfermedades, sino también a recuperarnos más rápido de ellas. Dejemos de ver el ejercicio solo como un medio para mantener la forma física, sino como una estrategia clave para mantenernos saludables y fuertes ante los virus estacionales.
Por otro lado, en Latinoamérica, la depresión de invierno es una realidad que a menudo se agrava por la falta de vitamina D3, esencial para nuestra salud mental y emocional. Es recomendable considerar la suplementación durante estos meses, siempre bajo asesoría médica.
El ejercicio desempeña un papel crucial en combatir esta forma de depresión. Realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria, especialmente en días con poca exposición solar, libera endorfinas, que son neurotransmisores encargados de generar sensaciones de bienestar y felicidad.
Por tanto, mantener una rutina de ejercicio en invierno no solo mejora nuestra condición física, sino que es esencial para evitar episodios de ansiedad y depresión, y lo mejor es que sus efectos son inmediatos después de terminar una rutina de ejercicio.
Al animarnos a continuar con nuestra actividad física durante el invierno, es esencial recordar vestirnos adecuadamente si optamos por hacerlo al aire libre. Utilizar ropa que nos proteja del frío y nos permita movernos con comodidad puede hacer una gran diferencia entre que lo disfrutemos y no, como las personas de los países nórdicos, quienes, a pesar de enfrentar temperaturas bajas siguen participando en actividades al aire libre.
Pero para aquellos que prefieren la comodidad y calidez de su hogar, la tecnología es una gran aliada.
Existen plataformas de bajo costo que ofrecen clases de ejercicio en línea, adaptadas a diferentes intereses y niveles de habilidad. Sitios como phit.mx, instafit.com o Fitness+ para usuarios de dispositivos Apple, ofrecen opciones para mantenernos activos desde casa.
Vivir más y mejor no es solo un deseo de verano; es un compromiso durante todo el año. No dejemos que el frío del invierno nos detenga.
Ya sea al aire libre o en casa, hay muchas formas de seguir moviéndonos y cuidando de nuestra salud física y mental.