Política

Mal de padres

  • Columna de Alberto Isaac Mendoza Torres
  • Mal de padres
  • Alberto Isaac Mendoza Torres

Uno de los libros, fuera del psicoanálisis, la filosofía o la literatura, que más me ha dejado pensando, es el de Stéphanie Thomas: Mal de madres. En él, la autora presenta una decena de testimonios de mujeres que se han cuestionado “el deseo de ser madres”. Me parece que por primera vez se presenta un trabajo fuera de la clínica o la psicología, que habla de la zona oscura del embarazo, el parto y las primeras semanas (o meses) de la maternidad.

No se trata el clásico estudio que tiene como eje de investigación la depresión posparto y que reúne testimonios que valida o pretenden invalidar tal o cual enfoque epistemológico o tratamiento clínico al respeto. Por el contrario, me parece que se aleja de esa pretensión y justo por eso arroja muchas luces sobre el problema, que sería interesante que un investigador del tema retomara para enriquecer su trabajo.

La periodista logra reunir en este ensayo, como si se tratara de una terapia grupal, a diez mujeres con orígenes, vidas, posiciones, tan distintas y tan distantes, que se logran reconocer en la instantánea del rechazo a la maternidad. Van tejiendo sus historias tan complejas hasta que juntas -pero por separado- forman un nudo gordiano.

Es precisamente este núcleo el que genera las preguntas en mi cabeza. Sin importar el origen, las condiciones sociales e incluso la época en que las mujeres se convirtieron en madres, todas convergen en una cosa: el arrepentimiento de serlo. No el temor, no la incertidumbre, no la desconfianza, no la tristeza, no el yo descolocado o desplazado, el arrepentimiento.

No quiere decir que no se tengan todos esos sentimientos y pensamientos antes mencionados, lo que ocurre es que no importa por cuál se llegue parece que todos los caminos conducen al arrepentimiento.

Esto es lo que me ha hecho preguntarme desde la lectura de este ensayo de Thomas si el arrepentimiento de ser madre únicamente se da tras el parto o habrá casos en que este llegue con el paso del tiempo. No como una epifanía tardía de que se han convertido en madres, sino que incluso haya sido precedida de sentimientos contrarios a los arriba descritos, que haya existido amor, esperanza, alegría, pero que después ocurra “algo” que les haga arrepentirse.

Los hombres también son sometidos a cuestionamientos internos cuando se convierten en padres. Parece ser que es un brote psicótico la respuesta más generalizada. Aunque de esto se hable poco en la literatura y claro sea casi un tema inexistente en la vida cotidiana, todo indica que, al ocupar el lugar del padre, en ciertos hombres, la locura es su respuesta. Culturalmente el abandono de los hijos suele ser más visto como un incumplimiento de la obligación de proveer económicamente a una familia, que como una respuesta psicológica a la pregunta ¿qué es ser padre?

También estamos hablando que este episodio se presenta en el momento del anuncio de la posible paternidad o como una revelación de verdad tardía, ya sea a los pocos meses el nacimiento o incluso en los primeros años de vida.

Pero nada se dice de un arrepentimiento posterior, digamos cuando las estructuras psíquicas y las relaciones interpersonales están más o menos consolidadas. O quizá se lleva al acto y actos que incluso son vistos por la moral social como amorosos no sean más que representaciones del arrepentimiento, del dolor de ser padres.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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