Washington. La Universidad Católica de América, con sede en esta ciudad, dio permiso al columnista para consultar el documento original del Plan de Iguala que resguarda en sus archivos, a dos siglos de su promulgación, el próximo 24 de febrero.
La consulta del documento fundacional de México, suscrito por Agustín de Iturbide, fue excepcional debido al acceso restringido,dado su valor histórico,y por el cierre temporal de la Universidad,a causa del Coronavirus.
El Plan de Iguala fue donado a la Universidad en 1968 por Louise Kearney, viuda de Agustín de Iturbide y Green, nieto del emperador, quien murió en Washington en 1925, asunto del cual escribimos dos artículos en Notivox ("Agustín de Iturbide, el conciliador", 23 de julio de 2020, y en el suplemento cultural Laberinto "¿Qué hacemos con Agustín de Iturbide?", 25 de septiembre de 2020).
La viuda condicionó la donación a la Universidad a cambio de que el documento no sea regresado a México. El presunto motivo es la falta de reconocimiento en la historia oficial del papel clave de Iturbide en la consumación de la independencia.
Agustín Gutiérrez Canet y la Dra. Maria Mazzenga, curadora del archivo de la Universidad Católica de América.
En este espacio dimos cuenta de la existencia del documento, pero no lo habíamos tenido en nuestras manos sino hasta ahora.
Al revisarlo, observamos que el Plan de Iguala y otras cartas dirigidas por Iturbide al virrey Félix María Calleja, están cosidas en un solo legajo. Pertenecieron nada menos que a Pío Quinto Marcha, el mismo militar que una noche lo proclamó emperador de México frente a su residencia, el Antiguo Palacio de Iturbide, en la calle de Madero, hoy sede del actual Palacio de Cultura Citibanamex.
Al final del texto del Plan de Iguala aparece la firma autógrafa del Libertador de México. De su puño y letra,ordenó:
“Sáquese copia y remítase para su publicación, al Señor Doctor Dn. Matías Monteagudo, archivando la presente”.
El documento con la firma de Agustín de Iturbide.
Monteagudo era el párroco de la Profesa, iglesia situada en la calle de Madero e Isabel la Católica, donde se celebraron juntas secretas para conspirar por la independencia a las que asistió Iturbide.
El Plan de Iguala está bien conservado tomando en cuenta que tiene dos siglos de antigüedad. Tiene manchas de óxido que no afectan el texto. Al centro, arriba, sobresale la leyenda impresa: “Sello Quarto: un quartillo años de mil ochocientos veinte y veinte y uno”, ostenta dos sellos en la esquina superior izquierda: uno,en forma de círculo, correspondiente al del rey Fernando VII y el otro, en forma de óvalo, se refiere al juramento del monarca el 7 de marzo de 1820 acatando la Constitución de Cádiz, dentro del cual Iturbide inscribió su rúbrica con la leyenda que parece decir: “Habilitado por la nueva causa? de la Independencia”.
Con ello, Iturbide procuró otorgar al Plan de Iguala validez jurídica al establecer una línea de continuidad derivada de la Constitución de Cádiz.
“¡Americanos! bajo cuyo nombre comprendo no sólo a los nacidos en América, sino a los europeos, africanos y asiáticos que en ella residen, tened la bondad de oírme...”, inició la proclama.
Portada del legajo que perteneció a Pío Quinto Marcha.
Irturbide y Vicente Guerrero habían concebido una nación incluyente basada en las tres garantías: independencia, religión y unión.
Pero la joven nación mexicana se dividió entre la monarquía y la república y acabó en manos de un dictador, Antonio López de Santa Anna, durante la primera mitad del siglo XIX.
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