Política

Imagínese…

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A la memoria de Luis Donaldo Colosio

Murrieta, a 31 años de su desaparición

Imagínese que no sabe dónde está su hijo o su hija. Que salió de casa y no ha regresado y que es muy probable que haya sido enganchado(a) por un grupo delincuencial. Y es que usted vive en un país en el que el crimen organizado actúa a sus anchas, controla la trata de personas y asesina a muchos de los jóvenes que caen en sus garras. Imagínese que es tal su desesperación por saber si él o ella está en una suerte de esclavitud, o si murió en una pelea forzada con uno de sus amigos en un centro de entrenamiento de sicarios, que siente que lo mejor que le podría pasar sería encontrar su cuerpo en el fondo de alguna fosa. Imagínese que el dolor que siente le impulsa a dedicar el resto de sus días a escarbar la tierra.

Ahora piense en la autoridad. Recuerde que la función primordial del Estado es proteger la vida, que es su obligación impedir las desapariciones forzadas que perpetran las organizaciones criminales. Es más, sea usted generoso y suponga que los gobernantes, en su afán de disminuir la violencia y evitar mancharse las manos de sangre, han potenciado la barbarie en lugar de acabar con ella, como le ofrecieron cuando le pidieron su voto. Deles ese beneficio de la duda y dígame: ¿le parece correcto que le reclamen sus reclamos, que le achaquen motivaciones politiqueras, que descalifiquen su lucha como una campaña carroñera y asuman que las víctimas son ellos y no usted, que los “agravia” con sus acusaciones de ineptitud e insensibilidad?

Algo así parece reeditarse este sexenio. Frente al hallazgo de un campo de adiestramiento y aniquilación el oficialismo minimizó la tragedia: cuestionó que existieran hornos crematorios, se indignó porque se habló de exterminio. Olvidó que en el imaginario colectivo el rancho Izaguirre representa hoy al México patibulario y que restarle gravedad a lo que ocurrió ahí es soslayar el horror que recorre nuestro territorio. ¿Está dispuesta la 4T a negar que operan en este país escuadrones de la muerte que han exterminado a miles de seres humanos? ¿De veras quiere entrar a un debate sobre los dueños de los zapatos? ¿Va a criticar a los colectivos buscadores por decir que los restos de los muchachos están enterrados en el predio cuando en realidad están en la periferia?

El subsuelo mexicano podría contar la historia de la violencia en este país. Recuerdo una conversación que sobre estas atrocidades sostuve con Porfirio Muñoz Ledo: en algunas fosas clandestinas de México se podría hacer un recuento necro-geológico de las desapariciones. Se encontrarían en el fondo osamentas de guerrilleros de los 60 y 70, sobre ellas las de narcos de los 80 y 90 y arriba las de las víctimas del siglo XXI. Etapas sombrías de nuestro devenir apiladas en capas de asesinatos soterrados. Represión, guerra entre cárteles, leva criminal. Y en todos esos casos, por muy distintos que sean, hay en mayor o en menor medida, por acción o por omisión, una responsabilidad del Estado.

Imagínese usted que la 4T, en vez de alegar que no ha ordenado desaparecer a los jóvenes como antes se hacía, reconociera que ha creado las condiciones para que el crimen organizado lo haga en un dominio más extendido. Imagínese que en vez de victimizarse cumpliera con su deber. 


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Agustín Basave
  • Agustín Basave
  • Mexicano regio. Escritor, politólogo. Profesor de la @UDEM. Fanático del futbol (@Rayados) y del box (émulos de JC Chávez). / Escribe todos los lunes su columna El cajón del filoneísmo.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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