Cultura

Obras completas

Allí estaban las obras completas de Alfonso Reyes, de Octavio Paz, los cuentos completos de Chéjov, los de E.T.A. Hoffmann, los Harvard Classics...

Fui a casa de este amigo que colecciona libros. Y digo que los colecciona porque no los lee. –¿Por qué o para qué juntar tantos libros si no los vas a leer?–, pregunté. –Por un lado, porque quiero leer, pero no puedo, eso porque estoy muy ocupado la mayor parte del tiempo, y el poco tiempo que me queda prefiero ocuparlo viendo series o películas–, contestó. Pero tampoco leo porque son tantos libros los que tengo acumulados que no sabría por dónde empezar: me acongoja el solo pensarlo. ¿Y sabes qué? He descubierto que no me interesa ningún tema en particular.

Entre aquella enorme y desorganizada colección vi muchos tomos con su envoltura de plástico original. –¿No será mejor quitárselas?–, dije. –Oh, no, así no les cae el polvo y duran más–, exclamó.

Paseando por los estantes me di cuenta que nuestro amigo prefiere las obras completas y colecciones a libros individuales. La razón, expresada por él mismo: –Se ven más bonitos.

Y sí: tener una larga fila de libros con la misma estética levanta mucho el ambiente de la biblioteca. Allí estaban las obras completas de Alfonso Reyes, de Octavio Paz, los cuentos completos de Chéjov, los de E.T.A. Hoffmann, los Harvard Classics, los Penguin Classics y muchísimas otras colecciones de envidia. Y mire que yo también tengo mi nada modesta biblioteca, pero nada comparado a la de nuestro afortunado amigo.

Al año le queda un mes. Puedo ya revisar los libros que compré y los que leí. Admito que son muchos más los que compré que los que leí. Decía Roberto Calasso que en cada biblioteca siempre se tienen libros que nunca se van a leer; no sé si usar esa observación de excusa para justificar mis libros olvidados unos y latentes otros, pero es cierto: me mareo solo de ver la cantidad de títulos que están ahí, esperando a que uno los abra y que, por lo menos, justifique el precio pagado por ellos. Lo que sí hago, y que bien podría cumplir con esa última observación, es leer los prólogos, siempre. Es lo mínimo que puedo hacer por mis pobres libros.

Mencioné hace unas líneas a Hoffmann. Sus cuentos completos vienen en un solo tomo de más de mil 500 páginas. ¿Quién en su sano juicio leería absolutamente todos esos cuentos? Yo creo que ni un académico. Bueno, salvo el traductor, pero fuera de eso no apuesto a que alguien se obsesione a tal grado como para leer toda su obra. De Chéjov puedo decir lo mismo: son cuatro volúmenes que contienen todos sus cuentos. Pues con todo y que soy un gran admirador de Chéjov, no me veo ni remotamente cerca de leer todo lo que escribió. Primero porque con los cuentos la dinámica es ir leyendo los más interesantes, y con ello me refiero a los más reseñados, a los que aparecen en casi todas las antologías, a los que a uno le llaman la atención por una u otra razón. O sea que el cuento tiene su manera de abordarse, no es una novela, es distinto. Pero por otro lado hay tanta cosa que leer que debemos ser selectivos.Tengo por ahí algunos tomos de la obra completa de Octavio Paz. A veces leo un ensayo, otro día voy por algunos poemas y luego dejo a Paz en paz y paso a otro autor. Porque esa es mi manera de abordar la literatura: por gusto, por capricho, por impulso repentino o porque salió un tema en alguna conversación. Y también porque estoy investigando tal o cual tema, pero no por obligación ni manda religiosa. Y como no soy ni académico ni intelectual, tengo la libertad de hacer lo que me salga del forro de las pelotas. Y lo disfruto muchísimo. Por eso creo que me abruman títulos como “obras completas”, porque siento que alguien me está forzando a leerlas todas. Quizá solo debiera hacerle como mi amigo, tener todas esas obras bien ordenaditas en el estante, sentarse a contemplar aquellos libros con una taza de té y soñar con leer si acaso algunas pocas páginas de todo ese maravilloso mundo impreso.

Por lo pronto sí tengo mucho que leer y no voy a pensar ni en obras completas ni en esos libros que, de alguna manera, sé que nunca los voy a leer. Que en paz descansen.


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Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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