Cultura

Imbecilidad

El fallecido Umberto Eco reflexionaba sobre la oleada de imbéciles que se manifiestan en las redes sociales:

"Podemos insistir en los progresos de la cultura que son manifiestos y tocan categorías sociales que antes estaban excluidas pero, al mismo tiempo, hay cada vez más estupidez. Ser cultos no significa necesariamente ser inteligentes. Pero hoy todas esas personas quieren hacerse oír y, por desgracia, en algunos casos, solo nos hacen sentir su imbecilidad por lo cual podemos decir que la imbecilidad de un tiempo no se exponía, no se dejaba reconocer, mientras que la de ahora ofende nuestros días".

Lo que dice Eco puede verse claramente en las secciones de comentarios que le siguen a un artículo o reportaje en línea; lo primero que uno advierte es la falta de información y la flagrante ignorancia sobre el tema sobre el cual opinan. Luego el diálogo evoluciona hacia una patente expresión neta de emociones, posturas absurdas e irracionales que terminan en sobresaltos, exabruptos y confrontamientos que nada tienen que ver con el tema original. Sí: existen perfectos ejemplos de secuencias de comentarios tan relevantes –a veces más–que el artículo que discuten, pero en general la tendencia es hacia el otro sentido. También es común desarrollar una sensación de certeza sobre un tema solo porque mucha gente repite una opinión o postura y esta se "siente" verdadera, pero esto es una falacia y lo correcto es cuestionar siempre la información que nos llega, independientemente del volumen de personas que sostengan su validez. Pero el problema aquí no es luchar contra las falacias del pensamiento, si no qué hacer con lo que mencionaba Eco, con la irrupción a granel de opiniones estúpidas. Cierto, antes no se tenían los medios para hacerlo (el internet) y así la estupidez quedaba relegada a discretas charlas en círculos familiares y de amigos. Hoy aparecen torrentes de pus y excremento en toda la red, y a veces no es fácil discernir ya no solo lo que es verdad de lo falso si no lo fundamentalmente estúpido de lo inteligente, lo bien pensado. Lo que se requiere aquí es probidad y mesura; publicar una opinión por impulso (por ejemplo, al calor de las copas) no es necesariamente malo, lo que causa detrimento suele ser el contenido. Pero escribir borracho no ayuda cuando lo que se publica es una pendejada. Lo inquietante, como ya expuse, es que mucha gente se forma ideas y conceptos construidos con estas opiniones purulentas que encuentran en los foros de opinión. Y más grave cuando alguien pone una tontería y más de uno le pone like a su comentario; es para llorar. Y no podemos aplicar filtros que eviten que estas informaciones lleguen a manifestarse, pues tal acción contradice una libertad fundamental. Lo único que se me ocurre es educar a las personas desde temprana edad para que aprendan, primero, a no decir pendejadas y segundo, a reconocer falacias, mentiras y mamadas en general. Así, la probabilidad de decir y creer imbecilidades disminuiría y seremos más juiciosos. Pero, pesimista como soy, me queda claro que este fenómeno no solo va a continuar, sino que presentará una tendencia a intensificarse. Esto no tiene remedio. De veras que nunca pensé que la pendejez se fuera a desatar de esta manera, qué espectáculo.

La masificación de la imbecilidad posee un efecto real y pernicioso sobre la sociedad, porque, como señala Eco, antes estaba guardada, contenida, y nadie se enteraba de su existencia, pero en la medida que se alza en oleadas vertiginosas provoca un cambio en la percepción y comportamiento de la gente con consecuencias de carácter ominoso donde hasta personas inteligentes y preparadas parecen dudar de pronto de sus capacidades y se ven obligadas, inconscientemente, a asentir sobre posturas francamente tontas y, peor: a reaccionar de acuerdo a ellas. Creo que lo único que me queda pedir es que, si ya se van a publicar necedades, por lo menos no le pongan like ni emoticones de caritas felices, no mamen.

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Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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