Política

Sinopsis de la Independencia

El Cura de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla, la madrugada de aquel domingo 16 de septiembre de 1810, tocó la campana de la Iglesia de Dolores para convocar a sus fieles no a misa, sino a lanzarse a la lucha contra el yugo que los oprimía; el grito parecía contradictorio, pues era un Viva Fernando VII, Monarca Español, pero al mismo tiempo los invitaba a rebelarse contra de los españoles buscando la independencia.

Enarboló el pendón de la Virgen de Guadalupe, y un abigarrado grupo de indígenas entremezclado con soldadesca rebelde salieron del pueblo guanajuatense en pos de hacer realidad los sueños de libertad de un caudillo religioso a quien concebían una reminiscencia de aquel Moisés que había llevado al pueblo elegido a la tierra prometida.

El capitán Ignacio Allende, que había servido lealmente a la Corona, ahora estaba prestando su sabia estrategia militar al párroco rebelde, y junto con Aldama y otros más, acompañó un buen trecho en los caminos de la independencia a un ejército, por llamarlo de alguna manera, armado con palos, machetes, hondas, lanzas y cazangas, que iba a ser tarde que temprano sometido por las tropas realistas mejor pertrechadas y mucho mejor preparadas para sofocar rebeliones y enfrentar batallas.

Por eso, en la escaramuza del Puente de Calderón en las cercanías de Guadalajara, el parteaguas de la independencia significó la división de los insurgentes, agudizó la división entre Hidalgo y Allende y a la postre, pese a todo, sus cabezas fueron a quedar humilladamente exhibidas en la Alhóndiga de Granaditas, como dura lección de la Corona a quienes osaran seguir en la rebelión.

Pero la llama de la independencia estaba encendida con ganas. Morelos siguió en el sur los deseos de libertad, y la lección del sitio de Cuautla fue debidamente capitalizada por sus seguidores, a grado tal que el tiempo finalmente les dio la razón a aquellos que concibieron una nación libre de las ataduras de los Reinos de Castilla y Aragón, heredados por Carlos IV, sometidos por Napoleón ante un incompetente Fernando VII, y con un incomprensible José Bonaparte, que accedió a ser la marioneta de su hermano, la derrama de sangre por la independencia de la Nueva España alcanzó su punto culminante con la celebración de los tratados de córdoba después de los acuerdos de Acatempan, y Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, sellaron el pacto para poner fin a la guerra, y en la Ciudad de los 30 Caballeros en el bello estado de Veracruz Juan O´Donojú, no tuvo más que reconocer que la dominación española había llegado a su fin.

El 27 de septiembre de 1821, con la entrada del Ejército de las Tres Garantías, con una nueva bandera con los colores verde, blanco y rojo, que simbolizaban religión, independencia y unión, finalmente la Colonia era libre, pero, el infaltable pero…

Nos sacudimos de Carlos IV, Fernando VII, Napoleón y José Bonaparte, acabamos con la égida del cetro de las monarquías, pero acabamos sometidos a la Corona Imperial de Agustín Primero, y luego otro Imperio, el de Maximiliano Primero de Austria, pero esa es otra historia… de la cual nos ocuparemos en otra oportunidad.

Conocer la verdadera historia de México nos hará más independientes y seremos menos susceptibles al engaño.


Google news logo
Síguenos en
Abel Campirano
  • Abel Campirano
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.