Durante la campaña por la Gubernatura de Nuevo León, Samuel García y su esposa fueron bautizados en las redes sociales como la pareja "Fosfo" en alusión a un superficial comentario de la hoy primera Dama Mariana Rodríguez Cantú respecto a sus coloridos zapatos.
En el caso de la jovencita Debanhi Escobar, mismo que ha ocupado los primeros planos de las noticias nacionales desde hace un par de semanas, el Gobernador le pidió que haga el esfuerzo para que a la brevedad se den a conocer videos, fotos, evidencias, "tenemos derecho a conocer que hay en esa investigación, para que la verdad salga a relucir".
Se acabó la fosforescencia. Quedó el color gris, el pardo; el primer mandatario estatal debió exigir al fiscal que realizara y rápido, las tareas propias que le impone el artículo 21 Constitucional y el Código Nacional de Procedimientos Penales, y no que revelara grabaciones, videos e imágenes.
Más allá del derecho de conocer la verdad, está la exigencia social de que se impongan las sanciones que correspondan a los responsables de los delitos.
Por actitudes como esa: excesivamente prudentes para cuidar formas y poses, existen tantos feminicidios en nuestro país; nos perdemos en cosas fútiles olvidando las sustanciales; cierto, importan los videos, las fotos, y ayuda en la carpeta de investigación, pero el destino es claro: capturar la atención -muchas veces morbosa- del televidente.
Lo esencial, lo que realmente importa, es que cada vez hay mas violencia contra las mujeres en nuestro país; día a día aumentan las desaparecidas; casos como el de Debanhi hay muchos y que lamentablemente no han tenido la misma difusión, pero igualmente sus padres, sus hermanos, sus amigos, sufren lo indecible con las desapariciones y muertes de sus esposas, sus madres, sus hijas, sus hermanas. Conocer la verdad es importante, claro está, pero es mucho más importante, que haya castigo a los responsables, que los crímenes no queden impunes.
A "Las muertas de Juárez" le siguen "Las muertas de México".
La exigencia al gobierno federal, así como a los estatales y municipales es la misma; no podemos continuar con este estado de zozobra y de extremo peligro sobre todo para las mujeres; las voces de los colectivos, observatorios, asociaciones y grupos en general son una sola: seguridad!
Estamos cansados de discursitos baratos; sonrisitas socarronas y cifras maquilladas; no queremos planes ni proyectos ni menos pretextos burdos como echarle la culpa a los de atrás; nuestros impuestos nos dan el derecho a exigir que cumplan con la ley.
Abel Campirano
