Política

El fracaso de la Cuarta

La pésima estrategia epidemiológica de la administración de López Obrador nos dejó más de 600,000 muertos. Y ni que decir del desacertado manejo de la seguridad pública, que a la fecha arroja cifras cercanas a los 160,000 muertos y contando.

El Ejecutivo Federal se ha ocupado de dos cosas fundamentalmente: la conclusión de las obras fastuosas realizadas en el sureste con el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Ferrocarril Trans-Istmico y por otra parte la canalización de recursos para comprar el voto de los beneficiarios. No los llamo incondicionales porque precisamente están con la 4T en la medida que reciban dinero.

Fuera de eso todo se va en creación de nuevas empresas para las Fuerzas Armadas, supervisión del avance de las obras y el impulso de las campañas políticas de sus corcholatas. Esa es la agenda del Presidente. Ah, claro, y los ataques cotidianos en las mañaneras al blanco en turno.

Precisamente en una de éstas, hace unos días, el presidente López Obrador decía que si bien es cierto en su sexenio hay más muertos por violencia que en sexenios anteriores, esto se debe a "una herencia del pasado".

Rotunda equivocación. Los casi 160,000 muertos que llevamos en poco más de cuatro años de gobierno, van por su cuenta, porque él es el único responsable en virtud de que siendo el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, tiene a su mando no solo el sector castrense sino a todos los organismos relacionados con la seguridad pública nacional y sus vacuos discursos de que preferibles los abrazos, de acusar a los delincuentes con sus abuelitas o esperar que ellos reaccionen solos, se arrepientan y regresen al buen camino dan risa.

Cuando aceptó ser candidato del partido que él mismo fundó, perfectamente sabía de los problemas a los que se enfrentaría, pobreza, violencia, corrupción, deficiente sistema de salud, desempleo, y aun así aceptó el cargo. Sabía en lo que se metía. No nos puede salir ahora con que todos esos problemas son herencia que le dejaron los anteriores gobiernos.

Él es el gobernante desde hace más de cuatro años; a él se le deberán cargar casi 800,000 muertos por la pandemia y la violencia. Su sexenio es en el que más muertes va a haber en los últimos tiempos, y es el único responsable del fracaso estrepitoso de sus políticas populistas y demagógicas.

Su discurso, ausente de auto crítica, exalta los ánimos y divide; los exalta porque ofende; aprovecha el atril matutino para arremeter en contra de quien no piense como él, azuzando al populacho en contra de los que son señalados como enemigos del régimen; los divide porque no es proclive a la armonía, sino al radicalismo: o estás a favor o estás en contra.

Lo que sigue, es que pensemos seriamente si queremos más de lo mismo o le buscamos con otras opciones; lo que debe quedarnos muy claro es que no es verdad que vayamos bien, que el pueblo esté feliz, feliz, y que la violencia, la corrupción y demás plagas sean culpa de los gobiernos anteriores. Este es el gobierno actual y este es al que le cuentan las muertes.


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Abel Campirano
  • Abel Campirano
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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