Política

Alfonso Reyes, el olvidado

Alfonso Reyes Ochoa. Monterrey, 1889 + Ciudad de México 1959, un gran jurista, filósofo, diplomático y poeta, primer Presidente de El Colegio de México, hijo del célebre Bernardo Reyes Ogazón, Secretario de Guerra y Marina y quien era el favorito de Porfirio Díaz para ser su sucesor en la Presidencia de la República.

Alfonso Reyes, fue el Secretario de la Escuela Nacional de Altos Estudios, hoy Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, discípulo de Ramón Menéndez y Pidal y autor de una célebre versión en prosa del Cantar del Mío Cid, uno de mis libros de literatura preferidos, ilustre escritor que intercambió epístolas y mantuvo amistad entre otros, con personajes de la talla de Artemio del Valle Arizpe, Enrique González Martínez, José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, José Martínez Ruiz “Azorín”, Genaro Estrada, José Vasconcelos, Diego Rivera, Ramón del Valle Inclán, el pintor y poeta AngelZárraga, y el célebre Juan Ramón Jiménez (Platero y yo).

Las crónicas de la época nos cuentan que el 16 de septiembre de 1925, organizó una fiesta mexicana y ofreció un banquete en el que el genial compositor Manuel M. Ponce tocó al piano su inmortal “Estrellita” y se leyeron fragmentos de la obra de alguien a quien el Maestro regiomontano admiraba mucho y era el escritor francés Marcel Proust el autor de una imprescindible: ‘El busca del tiempo perdido”. Cultura enorme de este sin par de las letras mexicanas.

Con una gran influencia de Lord Chesterfield, elaboró un Manual de Ética que sin embargo no fue bien recibido desde su redacción en 1944, puesto que en 1992 sufrió una gran censura por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y en el año 2018 fue puesto de nuevo en la vitrina del conocimiento durante las campañas presidenciales y la Cartilla Moral se convirtió en uno de los estandartes del nuevo gobierno pero de ahpi no pasó. Teoría, mucha pero práctica, nula.

Gente ignorante ha comparado su Manual con el de Carreño, el de urbanidad y buenas maneras e incluso con aquél “Catecismo político de la federación mexicana” escrito por José Gómez de la Cortina, y publicado por José María Luis Mora y aún con otra obra parecida, la del Pensador Mexicano, José Joaquín Fernández de Lizardi el autor de “El periquillo Sarniento” que escribió otra suerte de Catecismo, denominado ”Conversaciones del Payo con el Sacristán” publicado en 1824 y 1825, pero la obra de Alfonso Reyes es muy diferente muy distinta. Su visión es mucho más universal y de contenido más ético.

Como jurista, Alfonso Reyes y otro grande del derecho mexicano, Don Manuel J. Sierra, hijo del Maestro Justo Sierra, promovieron la instauración del Código de la Paz, considerando a la guerra como un crimen de la especie humana, basados en el célebre Tratado Briand- Kellog celebrado el 27 de agosto de 1928, conocido también como el Tratado de París y sentaron las bases para un nuevo derecho internacional público basado en los derechos humanos; adelantados a su época pues hablamos del primer tercio del siglo XX cuando el tema era incipiente.

Lástima que la obra y el legado de Alfonso Reyes, no ha sido difundida y apreciado y solo ha servido para el discurso retórico cuando tiene tanta riqueza. Ojalá y en usted se despierte la curiosidad para conocer un poco más de lo que nos dejó el Maestro regiomontano para México y para la humanidad.


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Abel Campirano
  • Abel Campirano
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