Ciudad de México /
Por Antonio García de León
Ilustración: David e Izak Peón
El impaciente siglo XVII, que arranca en el puerto desde su último asentamiento, está marcado por la actividad febril del comercio a distancia: por el gran mercado atlántico monopolizado por las flotas, el intercolonial que ubica Veracruz en el Caribe histórico, y por el comercio de litoral y de balandra que gravita alrededor del contrabando y la piratería nativa y extranjera.
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