Por: Claudia Iliana Limón Aguirre e Iván Israel Carmona Alejandre
Ilustración: Gonzalo Tassier, cortesía de Nexos
Cuando la necesidad emergente supera la ejecución burocrática y se cuenta con recursos escasos, como es habitual en un sistema educativo obligatorio que alberga 36.6 millones de alumnos, se apela a la creatividad y a los saberes de los más experimentados o, en su defecto, al instinto y la motivación para esbozar un plan coherente, funcional y contextualizado. Así, en el seno de las escuelas se articularon pequeños y continuos trabajos de planeación, diseño y modificación de secuencias didácticas; se identificaron los mecanismos más rápidos y accesibles, así como a las personas claves para sistematizar actividades y gestionar la comunicación con las madres y los padres de familia.