Por Carlos Escobedo Suárez
Ilustración: Dante Escalante
Si bien se entiende la necesidad urgente de mostrar resultados inmediatos para superar el impasse y reducir la presión a la que está sometida la UNAM, con el fin de salvaguardar su identidad y mantener la operatividad, es inaceptable que estas acciones se lleven a cabo en flagrante violación a los más elementales estándares de presunción de inocencia, protección de datos personales, responsabilidad y debida diligencia en la investigación. Más preocupante resulta que ya se vislumbren las primeras evidencias de que se ha errado en la identificación de algunos de los señalados. Por proyectar estabilidad, credibilidad y contundencia inexistentes, se estaría sacrificando el prestigio y la naturaleza de la Universidad, agravando los problemas a mediano y largo plazo.